10 razones para no legalizar la mariguana
Alejandra María Sosa Elízaga*
Ante el renovado debate acerca de si se debe o no legalizar el consumo de mariguana, es indispensable considerar lo siguiente:
1. Se ha dicho falsamente que fumar mariguana no afecta la salud. Según estudios publicados por el Drug Abuse National Institute de EUA, entre los efectos de consumir mariguana están: percepción distorsionada de la realidad; pérdida de la memoria y la capacidad de aprendizaje; falta de coordinación motriz; desorientación; incapacidad para pensar con claridad, de reaccionar y resolver problemas; pérdida de habilidades cognoscitivas, que puede ser permanente; ataques de ansiedad, paranoia, pánico; fobias, alucinaciones; aumento de frecuencia cardíaca y baja presión, lo cual incrementa cuatro veces el riesgo de ataque cardíaco; baja del sistema inmunológico; problemas respiratorios; tos; congestión pulmonar y cáncer, pues contiene más sustancias carcinógenas que el tabaco.
2. Afectaría gravemente la economía dedicar al cultivo de droga, es decir, de algo que va a arruinar la salud y la vida de la población, tierras que podrían dedicarse a cultivo alimentarios y/o medicinales.
3. Legalizar la mariguana no detendría la violencia; sólo serviría para enriquecer a unos cuantos terratenientes, que ya se frotan las manos pensando en las ganancias que obtendrán.
4. Más del noventa y nueve por ciento de adictos a la cocaína y heroína deben ésta adicción a que un día cedieron a la tentación de enajenarse y se permitieron probar la mariguana. Y una vez atravesado ese umbral, siguieron experimentando con drogas cada vez más fuertes. La mariguana es puerta de entrada a peores adicciones.
5. Mucha gente que hoy no se atreve a probar la mariguana porque está prohibida, lo haría si fuera legal. Pronto no sólo adultos, sino jóvenes, adolescentes y aún niños, estarían consumiéndola, empezando su triste camino de adicción y destrucción.
6. Si, aunque está prohibido, en las esquinas se venden a los automovilistas cigarros de tabaco, también se venderán cigarros de mariguana. ¡Ahora no sólo tendremos que cuidarnos de los ebrios que manejan, también de los ‘mariguanos’! Y cuando se incrementen los accidentes viales, ¿las autoridades instalarán ‘mariguanímetros’ junto a los ‘alcoholímetros?’
7. Las estadísticas prueban que un impresionante porcentaje de delitos se cometen bajo el influjo de la droga, en especial, de mariguana. Las cárceles están llenas de delincuentes que no hubieran cometido ningún ilícito si no se hubieran drogado.
8. Promover la mariguana es promover una falsa salida. La gente se droga para evadir su realidad porque vive un gran vacío existencial. Pero la solución a está en lanzar a la gente a una evasión que le dejará graves consecuencias, sino en ayudarle a encontrarle sentido a su existencia. Y para eso no necesita mariguana, necesita a Dios.
9. Dice san Pablo: “Para ser libres nos libertó Cristo. Manteneos, pues, firmes y no os dejéis oprimir nuevamente bajo el yugo de la esclavitud” (Gal 5, 1). Como creyentes no podemos estar a favor de la legalización de algo que esclaviza al ser humano, le crea adicción, lo aliena de su realidad, lo priva de su libertad.
10. Los interesados en legalizar la mariguana plantean como muy ‘progresista’ y un gran ‘avance’ imitar a países que la han legalizado. Pero alentar que la gente se drogue, altere su conciencia, se vuelva adicta, pierda la brújula, la paz, la salud y el sentido de su existencia, no contribuye en nada a mejorar la sociedad, al contrario, promueve su deterioro físico, mental y espiritual. Y ni hablar de lo incongruente que resulta que por una parte se multipliquen los discursos y planes para ‘moralizar’ a los habitantes de este país, y para alentar la educación y asegurarles a los jóvenes un buen futuro, y por otra parte se les vaya a facilitar engancharse en una adicción que los empinará al desastre.
Urge detenerse a reflexionar: ¿De veras es esto lo que queremos eso para nuestra patria, para nuestro hogar?