¿Cómo defender a María?
Alejandra María Sosa Elízaga*
Es desgraciadamente muy común que alguien que nunca fue católico o que tal vez lo fue de chiquito y de grande se salió para irse con alguna secta o iglesia protestante, cuando por fin un día comienza a cuestionar la autoridad de su líder religioso, o tal vez empieza a conocer la historia del cristianismo y se da cuenta de que durante los primeros mil quinientos años todos los cristianos eran católicos, o quizá reflexiona en ciertos textos bíblicos que nunca se había permitido interpretar literalmente (como Mt 16, 16-19 o Jn 6), o por otras muchas razones un día comprende que para ser fiel a la verdad debe ingresar o regresar a la Iglesia Católica, se resista y posponga la decisión. Y si alguien le pregunta qué lo detiene, diga: lo relacionado a la Virgen María.
¿A qué se debe esto, si Lutero (quien inició la desbandada de los que se salieron de la Iglesia), fue muy devoto de María? ¿Por qué sus seguidores dejaron de serlo? Porque decidieron rechazar cuanto fuera ‘católico’. Qué pena que en su afán de apartarse de la Iglesia, se apartaron de María. Eligieron quedarse huérfanos de Madre. Y hoy en día la consideran una mujer común, a la que recuerdan sólo en Navidad, cuando sus niños actúan la escena del Nacimiento de Jesús, y párale de contar.
Por eso, los hermanos que tocan a nuestra puerta, Biblia en mano, para invitarnos a sus ‘asambleas’ y alejarnos de la Iglesia, suelen centrar sus críticas y ataques en lo que equivocadamente han oído que creemos los católicos acerca de María.
Conoce qué puedes responder a sus 9 objeciones más comunes:
1. Dicen que María no fue concebida sin pecado; que sn Pablo asegura que “todos pecaron”. Hay que hacerles ver que ese ‘todos’ excluye a Jesús, de quien la Biblia afirma que no cometió pecado. Y así como Jesús es la excepción, lo es María.
Dicen que Ella lo llama: ‘mi Salvador’, lo cual significa que la salvó del pecado. Cabe responder que sí, la salvó del pecado, pero a diferencia de nosotros, que nos salva después de nacer, mediante el Bautismo, a Ella la salvó antes de nacer: fue concebida sin pecado.
2. Dicen que María no fue siempre virgen, que la Biblia menciona hermanos y hermanas de Jesús. Cabe responder que en arameo la palabra ‘hermanos’ designa también primos, sobrinos y tíos (ver Gen 12, 5;13, 8). Jesús desde la cruz la encomienda a Su discípulo amado pues no tenía hermanos. Y es de sentido común que si Dios le concedió concebir y criar a Su Hijo, querría dedicarse a Él en cuerpo y alma, y no tener otros hijos que la hicieran descuidarlo.
3. Dicen que María no fue llevada al cielo. Cabe responder que si la Biblia narra que a Elías y a Henoc Dios se los llevó, ¿no podía Jesús llevarse a María? ¿Dejaría que Su Madre muriera y se quedara descomponiéndose en un sepulcro? ¡Claro que no!
4. Dicen que María está muerta y no nos puede oír. Cabe responder que en la Biblia dice que los justos están con Dios; que Jesús lo llamó “Dios de vivos, no de muertos, porque para Él todos viven”. También cabe recordar que en la Antigüedad la mujer que más influía en un rey no era su esposa, pues tenía muchas, sino su madre. Y siendo Jesús Rey, María es la Reina Madre; puede y quiere interceder por nosotros ante Él.
5. Dicen que la Biblia afirma que sólo hay un mediador entre Dios y los hombres: Jesús. Cabe responder que también se nos invita a orar unos por otros. Es lo que hacemos cuando nos encomendamos a María.
6. Dicen que adoramos a María. Cabe responder que sólo a Dios adoramos. A María la veneramos. Cumplimos lo que Ella misma anunció: que sería llamada bienaventurada.
7. Dicen que hacemos estatuas e imágenes de María, que está prohibido en la Biblia. Cabe responder que lo que prohibido no es hacerlas, sino adorarlas, y así como ellos tienen en su cartera o casa fotos de seres queridos, nosotros tenemos imágenes de María, para recordarla y honrarla.
8. Dicen que Jesús mismo la despreciaba pues en dos ocasiones la llamó ‘mujer’ en lugar de ‘mamá’.
Cabe responder que lejos de ser una expresión despectiva, Jesús la llamó así para indicar que Ella es la nueva Eva, la mujer anunciada en Gen que pisaría con su talón a la serpiente. Es la nueva Madre que Jesús nos dio desde la cruz.
9. Dicen que por honrar a María dejamos de honrar a Jesús. Cabe responder, en primer lugar que como miembro del pueblo judío, Jesús cumplió el mandamiento de honrar al padre y a la madre, así que nunca podremos honrarla más que Él. Y en segundo lugar, el acercarnos a Ella no nos aparta de Jesús, todo lo contrario, como Madre Suya, Ella nos conduce hacia Él. Recordemos que en la boda de Caná pidió: “Hagan lo que Él les diga”. Como Madre de Jesús y Madre nuestra, María nos enseña a amarlo y a seguirlo.
En este mes dedicado a María, ayudemos a alguien a descubrir el consuelo de saber que es nuestra Madre amorosa, que intercede por nosotros desde el cielo.