Recuerdan milagrosa nevada. Diálogos de doña Teófila y don Dudoso
Alejandra María Sosa Elízaga*
Don Dudoso: ¡Hola, comadrita, qué bueno que la veo!, tengo una duda.
Doña Teófila: Gusto en saludarlo, a ver dígame su duda, tal vez pueda ayudarlo.
Don Dudoso: ¿Cuál fue la primera iglesia que se construyó en todo el mundo en honor a la Virgen María?
Doña Teófila: La primera está en Roma, es la Basílica de Santa María la Mayor.
Don Dudoso: Y ¿por qué se le llama ‘la Mayor’?
Doña Teófila: Porque forma parte de las cuatro Basílicas papales de Roma. Las otras tres son la Basílica de san Juan de Letrán, que fue la primera que se construyó. La Basílica de san Pedro, que está en el Vaticano, y la de san Pablo extramuros, llamada así porque fue edificada fuera de los muros de la ciudad.
Don Dudoso: Y ¿a quién se le ocurrió construir la Basílica de Santa María la Mayor?
Doña Teófila: Es una historia muy bonita. Cuenta la tradición que había una pareja de esposos muy ricos, que, como no tenían hijos a quienes heredarles su dinero, quisieron ponerlo al servicio de la Iglesia y se encomendaron a la Virgen María para que les ayudara a saber en qué usar su dinero. Ella se le apareció en sueños a él, que se llamaba Juan, y le dijo que quería que se le edificara una iglesia en un área del monte Esquilino que le señalaría milagrosamente. También se le apareció a quien entonces era el Papa, llamado Liberio, y le pidió lo mismo. Era la noche del 4 de agosto, pleno mes de gran calor en Roma. Al día siguiente, la gente se despertó con la novedad de que en el monte Esquilino había caído una nevada y sólo cierta área permanecía inexplicablemente cubierta de nieve. El Papa comprendió que era allí donde la Virgen deseaba la iglesia, y con el apoyo económico de Juan, la mandó edificar.
Don Dudoso: Y ¿todavía existe?
Doña Teófila: Sí, claro, es una de las Basílicas más importantes del mundo, y está en servicio, todos los días se celebran Misas, en la mañana y en la tarde. El Papa Francisco suele visitarla para ir a orar ante la imagen de María, antes y después de cada uno de sus viajes.
Don Dudoso: Y ¿también festeja fiesta?
Doña Teófila: Sí, cada 5 de agosto. Este día se celebra a Nuestra Señora de las Nieves, y durante la Misa, se dejan caer, desde el techo de la Basílica, miles de pétalos blancos, en recuerdo de aquella milagrosa nevada. Es algo precioso.
Don Dudoso: Ah, y yo que creí que Nuestra Señora de las Nieves se llamaba así porque era santa patrona de los esquimales o de los esquiadores o aunque sea de los heladeros, ja ja ja.
Doña Teófila: Bueno, la Virgen María intercede por todos, así que también pide por ellos. Mire, si quiere Ud conocer la Basílica por dentro, puede hacer un ‘tour virtual’ en esta dirección: bit.ly/2KiIfqT
Don Dudoso: ¡Ah, qué cosas inventan ahora, que puede uno viajar gratis y sin salir de casa! Me voy decirle a su comadrita que me acompañe a verla! ¡Muchas gracias!
Doña Teófila: No hay de qué. ¡Salúdela de mi parte!