y los envió por delante...
a todas las ciudades y sitios a donde ÉL había de ir...'
(Lc 10,1)

Mensajes desastrosos

Alejandra María Sosa Elízaga*

Mensajes desastrosos

Si no te ha llegado, no tarda en llegarte por whats app un mensaje que alguien te reenviará obedeciendo ciegamente la clásica orden: ‘pásalo a tantas personas como puedas’. Es un ‘aviso’ en el que algún ocioso con complejo de profeta matemático hace una serie de afirmaciones sin ton ni con intención de que parezca que se relacionan hechos y números que en realidad no tienen nada que ver entre sí. 

Dice: ‘El eclipse solar paso (sic) el 21. La tormenta Harvey llego (sic) el 25. Empezó a llenarse todo de agua el 26.’  No aclara a dónde ‘llego’ Harvey ni por qué se tardó todo un día en empezar a ‘llenarse todo de agua’, ¿sería tormenta de arena o de efecto retardado? y ¿a qué se refiere con ‘todo’? 

Menciona arbitrariamente los días 21, 25 y 26 porque a continuación escribe: “Mira lo que dice la Biblia en san Lucas 21, 25-26: ‘Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas, desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas.’...” 

¿Por qué se le ocurrió elegir el Evangelio de san Lucas habiendo muchos otros libros bíblicos que tienen veintiún capítulos y de los cuales podría haber citado los versículos veinticinco y veintiséis? Para poder citar un texto apocalíptico y despertar temor, engañar incautos y espantarlos con la idea, que viene repitiéndose desde finales del siglo pasado, de que ahora sí, de veritas que ahora sí en serio, este mes, esta semana, este día, hoy, ahorita, ya se va a acabar el mundo. 

No es nada nuevo. Hace meses un supuesto científico difundió en internet unas fotos del espacio que dizque pertenecían a un archivo secreto de la NASA, que mostraban un astro que ya venía derechito contra la tierra; publicó una espeluznante imagen de cómo se vería el cielo cuando ese astro estuviera por llegar (una bolota negra en el horizonte), dio hasta la fecha de impacto y no pasó ¡nada! 

En otra página de internet, otra autoproclamada vidente sube supuestos mensajes de la Virgen María en los que pide: ‘oren por (y menciona un país), y añade dramáticamente: ‘llorará’. Cada dos o tres días cambia la lista, quita y añade nuevos países, pronosticando incomprobables llantos.

Como católicos ¡no podemos dejarnos espantar por estas tonterías! Hemos de estar siempre en gracia de Dios porque no sabemos cuándo nos llamará a Su presencia, pero ante los desastres naturales lo que nos toca no es quedarnos paralizados, aterrados, especulando si será el principio del fin del mundo, sino orar por las personas afectadas, y movilizarnos para ofrecerles nuestra ayuda solidaria. 

Y ante estos mensajes supuestamente proféticos con que somos constantemente bombardeados, ¿qué debemos hacer? Lo mejor es lo siguiente:

1. No reenviarlos sino eliminarlos

No decir ‘yo no creo, pero por si acaso’, eso es superstición. Ni conservarlos ni contribuir a difundir mentiras; sólo borrarlos.

2. Comunicarnos con quien nos los envió

Advertirle que son mensajes falsos y pedirle que ya no los reenvíe. O de plano bloquearlo.

Y, lo más importante:

3. No olvidar un dato fundamental revelado en la Biblia

Tal vez no lo sabías, pero contiene el único texto que verdaderamente ofrece información veraz y confiable acerca de cuándo sucederá el temible fin del mundo, ¡ay nanita!, ¿estás listo para averiguarlo?, ¿puedes soportar esta revelación tan esperada?, ¡aquí la tienes!, ¡sigue leyendo!: “De aquel día y hora nadie sabe nada” (Mt 24, 36).

Publicado el domingo 17 de septiembre de 2017 en la pag. 2 de ‘Desde la Fe’, Semanario de la Arquidiócesis de México; en la de SIAME (Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México), y en la de Ediciones 72, editorial católica mexicana.