Cinco primeros sábados
Alejandra María Sosa Elízaga*
Hay muchos católicos que no la conocen, que ni siquiera han oído hablar de ella.
Muchos otros que sí la conocen, pero no la practican.
Y otros más que la conocen e incluso empezaron a practicarla, pero no la completaron.
Se trata de la devoción de Fátima más ignorada y olvidada.
Cuando la gente piensa en Fátima, piensa en Lucía, Francisco y Jacinto, los tres pastorcitos; en las apariciones del Ángel; en las oraciones que les enseñó y que probablemente acostumbra rezar; ha oído que tuvieron una horrible visión del infierno; desde luego recuerda también las apariciones de la Virgen, que reveló tres secretos, y que hubo un milagro del sol, pero suele pasar por alto algo que la Virgen y luego también Jesús, pidieron a Lucía realizar y difundir. ¿De qué se trata? De la devoción de los cinco primeros sábados, en honor del Inmaculado Corazón de María.
¿En qué consiste?
En que cada primer sábado de mes, durante cinco meses seguidos, se realice lo siguiente, con intención de reparar los pecados contra el Inmaculado Corazón de María:
1. Confesarse (de preferencia ese mismo día, pero puede ser unos días antes o después).
2. Comulgar.
3. Rezar cinco décadas del Santo Rosario (por ej: los Misterios gozosos).
4. Hacerle compañía a María al menos quince minutos, meditando todos los Misterios del Rosario.
¿Qué obtiene quien practique esta devoción?
María le promete algo en verdad extraordinario: ‘asistirle a la hora de su muerte con las gracias necesarias para que pueda salvarse’. Esto no significa que esta devoción sea una fórmula mágica o un pase gratuito para librar del infierno a los que mueran sin arrepentirse; simplemente garantiza a quien la realiza, que María le va a ayudar, para que tenga la posibilidad de no morir en pecado mortal (dependerá de cada persona si lo sabe aprovechar...).
¿Por qué en sábado?
Decía santo Tomás de Aquino que el sábado siguiente al Viernes Santo, la única que permaneció firme en su fe fue María, y por eso la Iglesia, para honrarla, le dedica ese día.
¿Por qué cinco?
Jesús se le apareció a sor Lucía en la noche del 29 al 30 de mayo de 1930, y Él mismo lo explicó: “Hay cinco tipos de ofensas y blasfemias pronunciadas contra el Inmaculado Corazón de María. Blasfemias: (1) contra su Inmaculada Concepción; (2) contra su virginidad perpetua; (3) contra su divina maternidad, rehusando al mismo tiempo, aceptarla como Madre de la humanidad; (4) la de aquellos que tratan públicamente de implantar en los corazones de los niños indiferencia, desprecio o incluso odio hacia esta Madre Inmaculada; y (5) por aquellos que la insultan directamente en sus sagradas imágenes.”
Hay cinco primeros sábados de aquí a que termine el centenario de las apariciones de Fátima el 13 de octubre. Aprovechémoslos. Pero más que por el interés en lo que podemos obtener con esta devoción, hagámosla por amor a nuestra Madre María, para consolarla y reparar las ofensas con que es ofendido y lastimado su Inmaculado Corazón.