¡Feliz año nuevo!
Alejandra María Sosa Elízaga*
Si alguien cree que ya se me ‘cuatrapeó’ el calendario o el cerebro o considera que como el tiempo vuela hago bien en desearles feliz año nuevo aunque falte más de un mes, se equivoca. Esta felicitación viene al caso y no es tan anticipada como parece, es para el próximo domingo, en que empieza un año nuevo en la Iglesia., es decir, un nuevo ciclo o año litúrgico.
Recordemos que la Iglesia organiza la liturgia (es decir, las celebraciones que realiza para dar culto a Dios), en un ciclo anual. Así como acostumbramos festejar cada año nuestro cumpleaños, santo, y algún aniversario, también en la Iglesia cada año se recuerdan y celebra los principales acontecimientos de la vida de Jesús, así como de María y los santos.
Lo primero es celebrar el Nacimiento de Jesús, y para disponernos adecuadamente, se nos da un tiempo de cuatro semanas llamado Adviento, cuyo color litúrgico es morado.
Es un tiempo para reflexionar, no sólo en la venida histórica de Jesús hace más de dos mil años, sino en su Segunda Venida, para prepararnos.
El Adviento culmina en Navidad, que se celebra durante una octava (ocho días) dentro del llamado ‘Tiempo de Navidad’, cuyo color litúrgico es blanco. Este tiempo incluye celebraciones muy importantes, como la de Santa María Madre de Dios, el 1° de enero, y la Epifanía (mejor conocida como la fiesta de los Reyes Magos).
El Tiempo de Navidad termina en la fiesta del Bautismo del Señor y comienza el Tiempo Ordinario, cuyo color litúrgico es verde. Es un tiempo que nos invita a descubrir al Señor en nuestra vida cotidiana, lo extraordinario en lo ordinario.
Este tiempo se interrumpe el Miércoles de Ceniza, cuando inicia la Cuaresma, cuyo color litúrgico es morado, un tiempo de 40 días para prepararnos a conmemorar lo central de nuestra fe: el Jueves Santo, que Jesús nos dejó Su Presencia Real en la Eucaristía; el Viernes Santo, que padeció y murió para redimirnos, y el Domingo de Pascua, que derrotó el pecado y la muerte con Su Resurrección.
La Pascua, cuyo color litúrgico es blanco, se celebra durante una octava, dentro del Tiempo Pascual, que dura 50 días y culmina en Pentecostés, cuyo color litúrgico es rojo, y que conmemora la venida del Espíritu Santo sobre María y los Apóstoles.
Terminado el Tiempo Pascual, se retoma el Tiempo Ordinario, que termina cuando empieza el siguiente Adviento.
Las Lecturas que se proclaman en Misa están organizadas de acuerdo a 3 ciclos anuales. En cada uno de éstos se proclaman, casi todos los domingos, textos tomados de un mismo Evangelio. En el ciclo A, el de san Mateo; en el ciclo B el de san Marcos y en el ciclo C el de san Lucas. El de san Juan suele proclamarse a lo largo del año (por ej. en Navidad, Cuaresma, Pascua, y algunas otras ocasiones).
El domingo 3 de diciembre inicia un nuevo año litúrgico, el del ciclo B, dedicado a san Marcos. Para que puedas entender mejor y reflexionar su Evangelio, puedes buscar el pasaje que quieras consultar en el curso gratuito que ofrece Ediciones 72 en bit.ly/3QJwApl (la última letra es ele).
Sólo tienes que entrar y buscar la cita bíblica del texto sobre el que deseas profundizar. Está muy bien documentado, es fácil de leer y captar.
¡Dale un vistazo, lo vas a disfrutar!