y los envió por delante...
Qué no y qué sí hacer con los difuntos
Alejandra María Sosa Elízaga*
Inicia noviembre, mes que la Iglesia dedica a las almas del Purgatorio.
La existencia de éste es una verdad de fe, es decir que no es opcional creer o no que existe. La Iglesia enseña que cuando alguien muere, su alma se presenta ante Dios a su juicio particular. Dice san Juan de la Cruz que allí seremos examinados en el amor (si amamos, si perdonamos, si fuimos misericordiosos). Entonces el alma que no tenga pecados ni nada que expiar, irá al Cielo. El alma de quien murió en pecado mortal sin arrepentirse, irá al Infierno. Y el alma de quien murió en amistad con Dios, pero tenga pecados veniales y culpas que purificar, irá al Purgatorio, de donde luego pasará al Cielo (ver C.C.E. #1030-1032).
Con ello en mente, revisemos qué no y qué sí podemos hacer por nuestros difuntos.
NO
No creas que ya están en el Cielo y dejes de pedir por ellos. Por más bueno que alguien haya sido ‘caras vemos y corazones no conocemos’. No sabemos si alguna vez pensó o dijo o hizo algo de lo que nunca se confesó o de lo que se confesó pero cuyas consecuencias necesita expiar. La Iglesia Católica enseña que sólo de los santos podemos tener la seguridad de que están en el Cielo. Los demás iremos un tiempito a purificarnos al Purgatorio. Y lo haremos por voluntad propia, conscientes de que no podemos entrar ‘chamagosos’ al Cielo.
SI
Sigue orando por ellos, sin importar cuánto hace que fallecieron. Para Dios no hay tiempo. Puedes obtener una indulgencia plenaria diaria y aplicarla por un difunto.
Hay que estar confesado, comulgar, orar por las intenciones del Papa y realizar aquello que está indulgenciado, por ejemplo, orar media hora ente Jesús en el Sagrario o expuesto en el Santísimo; o leer media hora la Biblia; o rezar el Santo Rosario en familia o en la iglesia en comunidad. La indulgencia plenaria borra las consecuencias de pecados perdonados, por lo que puede sacar almas del Purgatorio. Aprovéchala diario. Decía santa Catalina de Siena que al llegar al Cielo nos recibirán muchas almas, agradecidas porque las indulgencias que ofrecimos por ellas les permitió entrar al Cielo. Lee más acerca de las indulgencias en: bit.ly/3tT0OOG
NO
No digas: “Los voy a dejar ‘descansar en paz’ y ya no voy a rezar por ellos”. Tal vez eres tú quien quieres descansar de orar, pero no lo hagas, porque los difuntos siguen necesitados de tus oraciones. Y si acaso la persona por la que ores ya está en el Cielo, no te inquietes, Dios aplicará tu oración a alguien más, ésta no se desaprovechará.
SI
Manda celebrar Misas por tus difuntos. Es lo más efectivo que puedes hacer para ayudarlos a salir del Purgatorio.
También reza el Rosario por ellos. Aquí tienes una guía: bit.ly/45P45Mp
NO
No conserves sus cenizas en casa ni vayas a espolvorearlas en el mar o en un jardín. Tampoco permitas que se hagan con éstas adornos, colguijes, etc. Debes honrarlas dándoles sagrada sepultura, sea en un cementerio o en un nicho en una iglesia.
SI
Recuérdalos con amor, con alegría y gratitud. Especialmente en días especiales, como su cumpleaños, su santo, el aniversario de su deceso. Platica de ellos con sus familiares y amigos, es bonito conservar su recuerdo y compartirlo con quienes los amaron y aun con quienes no los conocieron. Eso no significa que si no los recuerdan se desintegren como planteaba la película Coco, eso es falso. Las almas son inmortales, no viven o mueren porque alguien las recuerde u olvide.
NO
No acudas a supuestos videntes o mediums para intentar ponerte en contacto con tus seres queridos fallecidos. No uses la ouija ni cosa parecida. Los que responden a esos ‘llamados’ son los demonios. No abras esa puerta. Es muy peligroso. La Iglesia enseña que es pecado grave invocar a los muertos. No lo hagas.
SI
Encomiéndate a su intercesión. Las almas del Purgatorio pueden orar por nosotros.
Mi mamá, qepd, decía que ‘la muerte no es ausencia, sino diferencia de presencia.’
Nuestros difuntos siguen amándonos y ayudándonos con su oración.
Palabra de domingo
Cielo y tierra