y los envió por delante...
a todas las ciudades y sitios a donde ÉL había de ir...'
(Lc 10,1)

Tres notas sobre la nueva encíclica del Papa Francisco

Alejandra María Sosa Elízaga**

Tres notas sobre la nueva encíclica del Papa Francisco

Diez cosas que debes saber

  1. ¿Qué es una carta Encíclica?
    El término viene del latín ‘encyclia’ y del griego ‘ekkyklios’, que significa ‘envolver en círculo’. Era el nombre que recibían las cartas o ‘circulares’, que los obispos escribían y hacían circular entre los fieles de las primeras comunidades cristianas. Actualmente en la Iglesia sólo el Papa escribe y difunde cartas encíclicas.
     
  2. ¿Cómo se llama esta nueva Encíclica?
    Se llama ‘Ladato si’, que significa ‘Alabado seas’.
     
  3. ¿Por qué se llama así?
    Los documentos vaticanos suelen estar escritos en latín y recibir su nombre de las palabras con las que inician. 
    En el caso de esta nueva carta Encíclica es interesante hacer notar que se dan dos excepciones a esa regla. El documento no fue escrito en latín sino en italiano, y por lo tanto, su título tampoco es en latín, sino en italiano.
    Se llama ‘Laudato si’, (‘Alabado seas’), porque comienza citando esas palabras, con las que empieza el llamado ‘Cántico de las Criaturas’ que escribió san Francisco de Asís para alabar y agradecer a Dios por la Creación, y que el Papa copió en el no. 87 de la Encíclica.
     
  4. ¿A quién va dirigida?
    Las cartas encíclicas suelen ir dirigidas al pueblo de Dios, a los obispos, presbíteros, diáconos y a todos los bautizados. Pero en este caso, el Papa expresó claramente que ‘Laudato si’ no es sólo para los católicos, sino para “cada persona que habita este planeta” ( #3).
     
  5. ¿De qué trata?
    Su tema es:‘El cuidado de la casa común’, es decir, de la adecuada conservación del planeta que todos habitamos. Es la primera Encíclica enteramente dedicada al tema de la ecología.
     
  6. ¿Por qué eligió el Papa este tema?
    Porque está muy preocupado por el grave deterioro que está sufriendo el medio ambiente en todo el mundo.
     
  7. ¿Cómo está estructurada esta Encíclica?
    Empieza con una introducción, seguida de seis capítulos y termina con dos bellísimas oraciones de su autoría (una de las cuales se publica aquí en la pag. 7).
     
  8. ¿Debemos leerla?
    ¡Claro! El Papa se tomó el trabajo de escribirla para nosotros, nos toca corresponder leyéndola. Está dirigida a todos, pero en particular tiene un mensaje para nosotros, los bautizados, que pertenecemos a la Iglesia que Cristo fundó y encomendó a san Pedro, de quien el Papa Francisco es sucesor en línea ininterrumpida.
     
  9. ¿Debemos obedecer lo que nos pide el Papa en esta carta encíclica?
    Sí. Como católicos estamos llamados a obedecer las enseñanzas del Magisterio de la Iglesia, que en este caso nos presenta el Papa en esta Encíclica, y como habitantes del planeta, haremos bien en seguir sus sabias propuestas para dejar de contribuir a la destrucción de nuestra casa común y empezar a realizar acciones que hagan bien al medio ambiente, a los demás y a nosotros mismos.
     
  10. ¿Dónde podemos conseguir esta Encíclica?
    Puedes adquirir una copia impresa en librerías religiosas. También está disponible en internet. En el sitio oficial del Vaticano www.vatican.va en la página de inicio sale un recuadro que dice ‘Laudato si’. Das clic, y se abre el documento en italiano. Das clic en ‘ES’ (español), y ¡listo! aparece íntegro el texto oficial de la Encíclica, para que puedas leerlo en pantalla o imprimirlo. En todo caso, ¡vas a disfrutarlo!

2. Su contenido

A grandes rasgos, éste es su contenido:

INTRODUCCIÓN

Dice el Papa que san Francisco de Asís llamaba ‘hermana’ a la tierra, y nosotros nos sentimos sus dueños y la explotamos; que el efecto del pecado se advierte en la enfermedad del medio ambiente. Como Juan XXIII, que dedicó una Encíclica a todos los hombres de buena voluntad, él dedica ésta a todos los habitantes del planeta.

Recuerda la preocupación de sus predecesores por el deterioro del medio ambiente, y pide que cada persona se arrepienta de sus propios pecados contra la creación divina.

Dice que la preocupación por la naturaleza va ligada a la justicia hacia los pobres, y propone entablar relaciones fraternas y no de explotación.

 

CAPÍTULO PRIMERO, Lo que le está pasando a nuestra casa.

Denuncia el Papa la contaminación de aire, tierra, agua, por basura, desechos tóxicos, emanación de gases.

Critica la ‘cultura del descarte’, que excluye personas y convierte a las cosas en basura.

Advierte del calentamiento global y sus efectos.

Lamenta el desigual acceso al agua potable; la destrucción y desaparición de animales y vegetales; que al planear obras no se considera cómo afectan.

Reconoce que algunos países avanzan en preservar zonas, y otros sólo buscan su interés.

Dice que el hombre no debe vivir en condiciones insalubres, privado del contacto con la naturaleza.

Advierte que la comunicación por internet sustituye la relación real con los demás; que el ser humano y el ambiente se deterioran juntos, y que los más afectados son los más débiles.

Lamenta la irresponsabilidad e indiferencia hacia este tema.

 

CAPÍTULO SEGUNDO, El Evangelio de la creación

Explica que fe y razón ofrecen un diálogo productivo; que la fe ilumina toda realidad humana.

Hace notar la sabiduría de textos bíblicos que muestran que el mundo nos fue encomendado, nos llaman a establecer relaciones fraternas con todas las criaturas, y a contemplar y preservar la belleza de la creación.

 

CAPÍTULO TERCERO, Raíz humana de la crisis ecológica

Dice el Papa que el deterioro de la ecología va a la par del deterioro de la sociedad.

Hace notar que la tecnología ha logrado maravillas, pero su poder daña si domina y explota.

Denuncia males sociales: egoísmo, consumismo, cultura del descarte, relativismo.

Propone valorar cada vida creada por Dios, desde su concepción, y respetarla, y el sentido del trabajo.

Comenta experimentos con animales y manipulación genética.

Propone haya espacios de discusión donde afectados por obras que alteran el medio ambiente, sean escuchados.

 

CAPÍTULO CUARTO; Una ecología integral

Dice el Papa que no hay dos crisis, ambiental y social, sino una sola.

Que la ecología  supone cuidar el patrimonio cultural, histórico, artístico; proteger las culturas aborígenes; procurar calidad de vida en ciudades y el contacto con la naturaleza.

Denuncia la grave escasez de vivienda.

Considera a la familia como la base de la sociedad.

Invita a preguntarnos qué mundo dejamos a las siguientes generaciones.

 

CAPÍTULO QUINTO, Algunas línea de orientación y acción

Pide el Papa concenso mundial para resolver crisis ecológica.

Menciona logros y fallos de movimientos mundiales.

Lamenta contaminación de aire y mar, y la pobreza.

Propone se organicen grupos que defiendan su entorno de la depredación.

Dice que hay que redefinir el concepto de progreso, tomando en cuenta el bienestar integral del ser humano.

Pide a los creyentes ser coherentes.

 

CAPÍTULO SEXTO, Educación y espiritualidad ecológica

Propone el Papa cambios de vida.

Abandonar consumismo compulsivo.

Propone educación ambiental que no sólo informe sino cree hábitos.

Dice que en familia se aprende a amar y a cuidar la vida.

Propone una ‘conversión ecológica’: no sólo reconocer lo hecho contra el planeta, sino arrepentirse y cambiar.

Asegura que ‘menos es más’: acumular cosas distrae el corazón e impide disfrutar la vida.

Propone vivir con sobriedad y humildad; reconocer nuestra dependencia de otros, revalorar los signos de amor.

Pide el Papa que recuperemos el sentido de asombro ante todo lo que recibimos del Señor, y propone que nos acostumbremos a dar gracias a Dios antes y después de sentarnos a consumir nuestros alimentos.

Considera los Sacramentos medios privilegiados para encontrarnos con el Creador.

Alaba el descanso dominical cuyo centro es la Eucaristía.

Nos invita a alabar a la Trinidad al contemplar la creación, y pedirle ayuda a María para ‘mirar este mundo con ojos más sabios’.

Nos invita a caminar cantando, y a que ‘la preocupación por este planeta no nos quite el gozo de la esperanza’ (#244).

Dos bellísimas oraciones cierran esta importante Encíclica que el Papa Francisco escribió para ti. ¡No te la pierdas!


3. Conversión ecológica

El Papa Francisco nos invita a tener una ‘conversión ecológica’, es decir, abandonar malos hábitos que perjudican al medio ambiente, y cambiarlos por otros que sean beneficiosos para todos, para el planeta, para los demás y para nosotros.

De su Encíclica ‘Laudato si’, podemos extraer estas diez propuestas:

  1. Que cada uno reconozca sus propias maneras de dañar el planeta, y se arrepienta de sus pecados, grandes y pequeños, de su manera particular de contribuir a la destrucción de la creación divina.
  2. Abandonar el estilo de vida consumista, conformarse con menos, vivir con sobriedad.
  3. Evitar el uso de plástico.
  4. Evitar el desperdicio de agua, reducir su consumo.
  5. Separar los residuos, en orgánicos e inorgánicos.
  6. Cocinar sólo lo que se va a comer, no desperdiciar alimentos.
  7. Reciclar, reutilizar.
  8. Usar transporte público o compartir un vehículo entre varias personas.
  9. Plantar árboles.
  10. Apagar las luces que no se usan.

 

Y tomando en cuenta ciertas costumbres que solemos tener, podemos añadir también estas otras diez propuestas:

  1. No dejar en la calle las heces del perro que sacamos a pasear.
  2. No escupir en la calle.
  3. No tirar basura ni colillas a la calle.
  4. No dejar abierta la llave del agua al lavarse los dientes, ni al enjabonar trastes o ropa.
  5. No lavar el coche con manguera, sino con una cubeta de agua.
  6. No regar las plantas al mediodía cuando el sol evapora el agua, sino al atardecer.
  7. Afinar el vehículo para que no emita humo.
  8. No quemar llantas.
  9. No tirar pilas, baterías y desechos electrónicos a la basura.
  10. (La décima está en blanco para que tú decidas qué será lo que vas a cambiar...)
Publicado en ‘Desde la Fe’, Semanario de la Arquidiócesis de México, domingo 28 de junio de 2015