2 razones para tener devoción a san José
Alejandra María Sosa Elízaga*
El otro día una amiga me dijo: ‘no soy devota de san José’.
Me propuse darle al menos 2 razones contundentes para que se anime a descubrir la inigualable riqueza espiritual que nos ofrece san José:
1. San José es el único santo al que la Virgen María amó y obedeció como esposo, y al que el Hijo de Dios amó y obedeció como papá. ¡No le niegan nada!
Encomendarte a su intercesión es garantía de recibir lo que pides, claro, siempre que sea conforme a la voluntad de Dios.
2. San José es llamado ‘santo de los santos’, porque después de la Virgen María, es el más santo, el de mayores virtudes, el único al que Dios Padre le encomendó a Su propio Hijo y a su Madre. Y también porque a diferencia de otros santos que son patronos de una u otra causa, a san José se le puede pedir lo que sea, porque tuvo las más variadas experiencias y en todas se las ingenió para salir adelante. Lo mismo limpiar ese pesebre a tope de paja y mugre, para que María pudiera recostar al Niño, que ser anfitrión de reyes; lo mismo huir con su familia a Egipto, que hallar el modo de mantenerla; lo mismo construir un mueble, que una casa.
Estuvo siempre allí, disponible, ayudando callada, eficaz y solidariamente. Y así sigue, ofreciendo su ayuda como padre espiritual, como compañero de camino, como consejero, como amigo fiel, amoroso, discreto, humilde y sabio. ¿Quién querría perderse la intercesión de semejante santo?
La Iglesia le dedica el mes de marzo, y el 19 lo celebra. Aprovecha para acercarte a este santo sin igual. Haz la consagración a san José, rézale su Rosario, descubre y disfruta su paternidad espiritual.