y los envió por delante...
a todas las ciudades y sitios a donde ÉL había de ir...'
(Lc 10,1)

Búsqueda

Alejandra María Sosa Elízaga**

Búsqueda

Dios no se resigna.

Aquel que dijo: “Me he hecho el encontradizo de los que no preguntaban por Mí; me he dejado hallar de quienes no me buscaban. Dije: ‘Aquí estoy, aquí estoy’ a gente que no invocaba Mi nombre” (Is 65, 1), no se resigna a perder a nadie.

Nosotros en cambio fácil y rápidamente damos por perdidos a quienes no quieren hacernos caso cuando les hablamos de Dios, o los invitamos a Misa o a alguna actividad en la iglesia, o algún grupo o comunidad parroquial, o a rezar o a leer la Biblia.

Nos enfadamos de insistirles y terminamos por mandarlos ‘al diablo’ (tal vez más literalmente de lo que hubiéramos pensado...).

Qué bueno que Dios no reacciona como nosotros.

Lo corroboramos en el Evangelio que se proclama este domingo en Misa (ver Lc 15, 1-32), en el cual Jesús habla de un pastor que tiene cien ovejas, se le pierde una, va a buscarla hasta que la encuentra, y cuando la encuentra se llena de alegría y comparte su alegría con sus amigos y vecinos.

Habla también de una mujer que tiene diez monedas de plata, se le pierde una, la busca con cuidado hasta hallarla, y comparte con sus amigas y vecinas la alegría de su hallazgo.

Y por último cuenta la historia de un padre que por lo visto nunca deja de esperar el regreso de un hijo que se alejó de su lado, pues cuando éste decide volver, lo alcanza a ver de lejos, corre a recibirlo con los brazos abiertos y hace fiesta. Y cuando su otro hijo se enoja y no quiere participar de su alegría, sale también a su encuentro, para animarlo a entrar.

Tenemos así varios ejemplos que nos hablan elocuentemente de que cuando una persona se aparta de Dios, Él no dice: ‘allá ella’, ‘ya ni modo’, sino que hace todo lo que puede para recuperarla, la busca dondequiera que esté, va por ella a donde sea.

Él no es como aquella señora a la que encontraron buscando algo afanosamente en el suelo de la calle, afuera de la puerta de su casa. Le preguntaron qué se le perdió, dijo que un arete que se le cayó y rodó abajo de su cama. Le dijeron: ‘Y si está debajo de tu cama, ¿por qué lo buscas aquí afuera?’ Contestó: ‘porque aquí hay más luz’.

Dios no sólo nos busca donde ‘hay más luz’, no sólo nos sale al encuentro en la Iglesia, en los Sacramentos, en las cosas buenas y agradables que vivimos.

También viene a nuestro encuentro cuando estamos sumidos en la tiniebla del pecado, del mal, de la desesperanza.

Contaba un ex adicto, que en su noche más oscura, cuando acababa de tocar fondo y caer en la más negra desesperación, de pronto captó que Dios estaba a su lado y le tendía la mano para salir del agujero en el que se hallaba sumido.

Un conocido intelectual y declarado ateo, narró que estando secuestrado, le llegaban hasta el sitio donde lo tenían encerrado, las voces de una mujer y su esposo, secuestrados también, que rezaban el Rosario; y en la cadencia de las Avesmarías, recordó la fe de su madre, la fe de su infancia, redescubrió a Dios a su lado, y volvió a creer en Él.

La joven hija de una amiga platicaba que en una mañana de resaca tras una noche de excesos en un ‘antro’, bajó la guardia y tuvo que admitir para sí misma que su frívola vida la dejaba vacía, insatisfecha, y esta honda nostalgia de su alma la hizo volver la mirada hacia Dios y comprender que aunque ella se había alejado de Él, Él nunca la había abandonado.

En donde menos pensamos, en donde menos nos imaginamos, tal vez incluso en donde menos esperaríamos o querríamos encontrarlo, en el dolor, en la tristeza, en la soledad, en nuestra mayor miseria, podemos encontrarnos con la misericordia de Dios y descubrir que ha estado siempre a nuestro lado.

Dice san Juan que el amor consiste en que amamos a Dios porque Él nos amó primero (ver 1Jn 4, 10.19). Podríamos decir, parafraseándolo, que la búsqueda de Dios consiste en buscar a Dios, porque Él nos buscó primero.

*Publicado el domingo 15 de septiembre de 2013 en la pag web de ‘Desde la Fe’, Semanario de la Arquidiócesis de México (www.desdelafe.mx) y en la pag. del Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (www.siame.com.mx). Conoce los libros de esta autora, sus cursos de Biblia gratuitos, su ingenioso juego de mesa ‘Cambalacho’, aquí en www.ediciones72.com