y los envió por delante...
a todas las ciudades y sitios a donde ÉL había de ir...'
(Lc 10,1)

Los 10 'no' de María

Alejandra María Sosa Elízaga*

Los 10 'no' de María

‘No serían tan bellos los días claros, sin el contraste con los nublados’, decía mi mamá, qepd, y es verdad: si amanece lloviendo y sopla un viento helado, pero al otro día brilla el sol, agradecemos éste más recordando el día anterior.

Así puede suceder también con relación a la Virgen María. Ella dio y sostuvo un “sí” que nos trajo al Salvador del mundo. Para valorar más ese ‘sí’ que dio al Señor, puede ayudarnos reflexionar en lo que podemos llamar sus 10 ‘no’:

1. NO puso condiciones. Al saberse elegida para ser Madre del Señor, no exigió nada, no puso ‘peros’ ni pretextos. Sólo quiso cumplir la voluntad de Dios.

2. NO se envaneció. Cada jovencita de su tiempo anhelaba ser elegida como madre del Mesías prometido desde antiguo. Ella fue la elegida, pero no perdió piso, ni se creyó mejor que nadie. Se reconoció, y no era falsa modestia, “la esclava del Señor” (Lc 1, 38).

3. NO lo divulgó. No contó su noticia, ni para presumir ni para desahogarse, ni a José ni a nadie. Supo callar, dejar que se supiera hasta que Dios así lo dispusiera.

4. NO se centró en sí misma. No se dedicó a descansar y a mimarse. Al enterarse de que su parienta Isabel, que era mayor, estaba embarazada, fue presurosa a ayudarla.

5. NO pidió privilegios. Al saber que debían ir a empadronarse a Belén, pudo haber pedido a Dios que enviara un angelito ‘gestor’, un alado ‘coyote’ para ahorrarse el trámite. Cuando tuvieron que salir huyendo a Egipto por culpa de Herodes, no propuso: ‘mátenlo a él y déjenos tranquilos’. Cuando Jesús, de doce años, se les perdió, no solicitó un ‘GPS’ celestial para localizarlo, sino se puso a buscarlo. Nunca pidió trato ‘VIP’ para evitar alguna dificultad.

6. NO se atoró en los ‘hubiera’. Cuando tuvo que dar a luz en condiciones muy distintas a las que hubiera preparado, no se frustró pensando: ‘¡en casa hubiera tenido cuna, chambritas, y a mi mamá, que me hubiera ayudado!’. Se fue adaptando a lo que Dios permitía, y hacía lo mejor con lo que tenía.

7. NO se aisló. Pudo haberse encerrado con José y el Niño a disfrutar solitos su felicidad, pero desde el principio lo entregó a los demás, a los pastores, a los Magos de Oriente, y, más adelante, a toda la gente.

8. NO suplicó cambio de planes. María reveló a santa Teresa que cuando el anciano Simeón mencionó la espada, Ella tuvo la visión de la Pasión. ¡Vio la cruz que le esperaba a Jesús! Pudo haberse postrado a suplicar a Dios que no lo permitiera, proponer un ‘plan b’, pero no lo hizo.

9. NO rechazó ser nuestra Madre. Desde la cruz, su Hijo la encomendó a Su discípulo amado, y en él a todos nosotros. ¡Qué difícil aceptar ser Madre de aquellos por cuyos pecados Jesús murió! Pero nuevamente dijo ‘sí’. Y no de mala gana. A san Juan Diego le dijo ¡que era un honor ser nuestra Madre! ¡Qué amor tan grande!

10. NO deja de amarnos y de interceder por nosotros. María no les guardó rencor a los discípulos que abandonaron a Jesús en la cruz. Tras la Ascensión, se dedicaba a orar con y por ellos, e imaginamos cuánto la alegró verlos, llenos de Espíritu Santo, salir a predicar. Y cuando fue asunta al cielo, pudo haberse dedicado a disfrutarlo y olvidarnos, pero no ha sido así. Está pendiente de nuestras necesidades, angustias y dificultades, y se la pasa rogando a Dios por nosotros. Vive en la patria celestial, atenta a la terrenal.

 

En este mes de mayo, mes dedicado a nuestra Madre María, pidámosle que nos ayude a imitarla en su ‘sí’ y en sus ‘no’, y cabe añadir tres más: NO la olvidemos, NO la dejemos de amar, y NO dejemos nunca de recurrir a su amorosa intercesión maternal.

Publicado el domingo 5 de mayo de 2024 en la pag web de 'Desde la Fe', de la Arquidiócesis de México, y en la pag web y de facebook de Ediciones 72