A san Juan Pablo Magno
Querido san Juan Pablo Magno:
Tú que nos invitaste a no tener temor
y abrir de par en par las puertas a Cristo,
tú que nos visitaste y convocaste
a ser testigos siempre fieles de Su amor,
tú, de corazón mexicano
y de fervor guadalupano,
de mirada luminosa
y sonrisa de bondad,
que nos amas y contemplas
desde la casa del Padre,
conoces nuestra necesidad,
ruega a Dios por nosotros
y encomiéndanos a María,
para que como tú hallemos
fuerza, valor, paz y alegría
en Su cercanía y amistad,
y de ti aprendamos y comuniquemos
tu fe valiente e incansable,
tu inquebrantable esperanza y caridad.
Amén
(El título de 'Magno' se ha dado en la historia de la Iglesia a algunos santos cuya importancia así lo ha ameritado. Este título no lo asigna la Iglesia, sino la gente. Así que vale la pena que nos acostumbremos a llamarlo así, porque su pontificado de casi 25 años y sus valiosas enseñanzas ameritan que reciba este título).
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