Consagración al Inmaculado Corazón de María
Alejandra María Sosa Elízaga**
El Papa Francisco consagra el mundo al Inmaculado Corazón de María, este 13 de octubre (aniversario de la última de las apariciones de la Virgen de Fátima, cuya estatua, traída desde su Santuario en Portugal, presidirá la plaza de san Pedro sábado y domingo).
Renueva así la consagración que hicieron el Papa Pío XII en octubre de 1942, durante la Segunda Guerra Mundial, y el Papa Juan Pablo II el 13 de mayo de 1984.
Unamos nuestra oración a la suya.
Como al momento del cierre de esta edición no se conoce la oración del Papa Francisco, publicamos aquí, en versión abreviada, la que hizo Juan Pablo II, para que puedas rezarla en familia y también con tu comunidad parroquial en la Misa dominical. Y sería ideal que ese día las familias se reúnan a rezar el Santo Rosario por esta intención.
Consagración de la Iglesia y el mundo al Inmaculado Corazón de María
¡Nos acogemos a tu protección, Santa Madre de Dios!
Oh, Madre de los hombres y de los pueblos,
Tú que conoces todos sus sufrimientos y esperanzas,
Tú que sientes maternalmente todas las luchas entre el bien y el mal,
entre la luz y las tinieblas
que afligen al mundo moderno,
acoge el clamor que, movidos por el Espíritu Santo,
elevamos directamente a Tu Corazón,
y abraza con amor de Madre y de Sierva
este nuestro mundo,
que a Ti entregamos y consagramos
llenos de inquietud
por el destino terreno y eterno
de los hombres y de los pueblos.
De manera especial
te entregamos y consagramos
a aquellos hombres y naciones
que de esta entrega y consagración
están particularmente necesitados.
Delante de Ti, Madre de Cristo,
ante Tu Inmaculado Corazón
deseamos hoy, con toda la Iglesia,
unirnos a nuestro Redentor
en Su consagración
por el mundo y por los hombres.
Madre de la Iglesia,
ilumina al pueblo de Dios
en los caminos de fe, esperanza y amor.
Ayúdanos a vivir con verdad
la consagración de Cristo
por toda la familia humana
en el mundo moderno.
¡Oh, Corazón Inmaculado!
¡Ayúdanos a conquistar
la amenaza del mal
que tan fácilmente se enraiza
en los corazones de los hombres hoy,
y cuyos efectos inconmensurables
pesan ya sobre nuestra época
y parecen cerrar los caminos del futuro!
Del hambre y de la guerra, ¡líbranos!
De la guerra nuclear,
de una auto-destrucción incalculable,
de todo tipo de guerra,
¡líbranos!
De los pecados contra la vida humana
desde sus primeros instantes,
¡líbranos!
Del odio
y del envilecimiento de la dignidad
de los hijos de Dios,
¡líbranos!
De todo tipo de injusticia
en la vida social, nacional e internacional,
¡líbranos!
De los pecados contra el Espíritu Santo, ¡líbranos!
Acoge, Oh Madre de Cristo,
este clamor
cargado del sufrimiento
de todos los hombres.
¡Que se revele,
una vez más en la historia del mundo,
la fuerza infinita del Amor Misericordioso!
¡Que detenga el mal!
¡Que transforme las conciencias!
¡Que se manifieste a todos
en Tu Corazón Inmaculado,
la luz de la esperanza! Amén.
5 links ¡que no te puedes perder!
- Programa completo de la Jornada Mariana en el Vaticano: bit.ly/1g3q0oD
- Oraciones de Consagración individual y familiar: bit.ly/GRROvP
- Consagración escrita por san Luis María Grignon, que requiere 33 días de preparación: bit.ly/1fmVpkN
- Todo sobre Fátima: bit.ly/19DfUas
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