Las Antífonas 'O'
Alejandra María Sosa Elízaga*
Ahora que nos preparamos para celebrar que nuestro Salvador nació hace dos mil años, consideremos que durante siglos, millones de gentes lo esperaron y oraron pidiendo que viniera.
Desde los tiempos más remotos, llega hoy a nosotros su clamor, y nos unimos a él porque también anhelamos que el Señor que venga hoy y al final de los tiempos.
Del 17 al 23 de diciembre la Iglesia pide, en su liturgia, con bellas frases del Antiguo Testamento, que llegue el Salvador. Son las ‘Antífonas O’ (en latín empiezan con O).
Disfrutémoslas en nuestra diaria reflexión y oración:
1. 17 dic: “Oh Sabiduría que brotaste de los labios del Altísimo, abarcando del uno al otro confín y ordenándolo todo con firmeza y suavidad: ven y muéstranos el camino de la prudencia.”
Dios creó con sabiduría todo cuanto existe. Nosotros en cambio no somos sabios; solemos elegir caminos equivocados que nos apartan de Él. Pedimos prudencia, que no consiste en arriesgarse poco o limitar las propias acciones para no comprometerse, sino es una virtud que nos ayuda a saber emplear los dones que Dios nos ha dado.
2. 18 Diciembre: “Oh Señor), guía de la casa de Israel, que apareciste ante Moisés en la zarza ardiente y en el Sinaí le diste la Ley: ven a liberarnos con el poder de Tu brazo”.
Dios es nuestro Dueño y Pastor, que se presentó ante Moisés como compasivo, clemente, paciente, misericordioso y fiel (ver Ex 34, 6), que liberó a Su pueblo y le dio los mandamientos. Pedimos nos rescate de nuestras esclavitudes y grabe Su Ley de amor en nuestros corazones.
3. 19 Diciembre: “Oh Raíz de Jesé, que te alzas como un signo para los pueblos, ante quien los reyes enmudecen y cuyo auxilio imploran las naciones: ven a liberarnos, no tardes más”.
Jesé era el padre del rey David, del que Dios prometió que uno de sus descendientes reinaría eternamente. Jesús es el Rey de reyes, y vino, no sólo para el pueblo de Israel, sino para todos los pueblos. Todas las naciones necesitan Su ayuda, aunque no siempre lo quieran reconocer.
4. 20 diciembre: “Oh Llave de David y cetro de la casa de Israel, que abres y nadie puede cerrar; cierras y nadie puede abrir: ven y libra a los cautivos que viven en tinieblas y en sombras de muerte”.
La llave es símbolo de autoridad, el cetro, de poder. Pedimos que Dios nos libere de toda oscuridad (temor, ignorancia, violencia, falta de fe, etc.).
5. 21 Diciembre: “Oh Sol que naces de lo alto, esplendor de la luz eterna y sol de justicia: ven e ilumina a los que yacen en tinieblas y en sombras de muerte”.
Este sol no sale de abajo y crea sombras; nace de lo alto, viene de Dios. Hay mucha gente deslumbrada por otras luces: (de los comercios, las pantallas, etc). Pedimos a Aquel que es la Luz verdadera que vino a este mundo (ver Jn 1,9) que nos ilumine.
6. 22 Diciembre: “Oh Rey de los gentiles, y deseado de los pueblos, piedra angular que haces de dos pueblos uno: ven y salva al hombre que formaste del barro de la tierra”..
Es Rey de todos. Aunque no lo sepa, todo ser humano tiene en lo más hondo del alma el deseo de Dios.
Él no sólo es cimiento sólido, sino factor de unidad. Sin Él nada podemos porque somos frágiles, como barro. Hemos de dejarnos moldear por nuestro divino Alfarero.
7. 23 Diciembre: “Oh Emmanuel, rey y legislador nuestro, esperanza de las naciones y salvador de los pueblos: ven a salvarnos, Señor, Dios nuestro.”
Pedimos a Dios, que es nuestro rey y la fuente de nuestra esperanza, que nos salve. Y Él lo cumple de un modo que nunca hubiéramos imaginado: como Emmanuel, Dios-con-nosotros, haciéndose Hombre.
Planteamos nuestras peticiones de la 1 a la 7, y Dios las escucha y las responde. Su respuesta nos viene en sentido inverso, tomando la primera letra (en latín), de cada una de las peticiones, de la 7 a la 1, dice: Ero cras. Significa: ‘estaré mañana.’ Anuncia Su venida la noche del 24 de diciembre.
Vendrá en Navidad nuestro Salvador. Pidámosle nos conceda esperarlo con anhelo y recibirlo con amor.