Leer un buen libro
Alejandra María Sosa Elízaga*
¿Hace cuánto que no lees un buen libro?
A esta pregunta me han respondido con variantes de ‘uy, no me acuerdo’, ‘no tengo tiempo’, ‘me espero a que lo hagan película, ja ja ja’.
El uso de dispositivos electrónicos que sin duda tiene muchas ventajas, pues nos da en segundos acceso a mucha información, también nos ha afectado negativamente porque nos ha acostumbrado a ser consumidores mariposa, que pasamos de una cosa a otra sin profundizar en nada, buscando el dato instantáneo y breve, que nos diga al momento y sin quitarnos mucho tiempo, lo que queremos saber.
Vale la pena retomar la cada vez más olvidada costumbre de leer un buen libro. Y si ‘no tienes tiempo’, ingéniatelas para leer mientras haces fila o vas en un vehículo o tienes uno de esos ratos en los que no puedes hacer otra cosa que esperar. Lee para que tu espera sea provechosa.
Y ¿qué es un ‘buen libro? ¡Difícil pregunta cuando abundan los ‘best-sellers’ de autores famosos que sólo buscan lucrar con obras plagadas de sexo, violencia, falsedad y frivolidad!
Un buen libro es el que no sólo te entretiene, sino te enriquece; no sólo estimula tu imaginación, sino tu reflexión; no sólo te instruye, sino te inspira a crecer y a mejorar. Y por supuesto no es contrario a los valores del Evangelio.
Puedes consultar qué libros recomiendan en sitios católicos (como catholic net, ediciones 72), o pregunta a alguien bien formado en su fe, cuál te recomienda.
Van a empezar las vacaciones escolares. Anima a cada miembro de tu familia a elegir un buen libro, hay para todos los edades y gustos, y dense tiempo de disfrutarlos y comentarlos juntos.