¿La fe suple?
Alejandra María Sosa Elízaga**
Diálogos de Doña Teófila y Don Dudoso
Don Dudoso |
¡Hola comadrita, me alegra verla!, tengo una duda. |
Doña Teófila |
¡Gusto en saludarlo!, ¿de qué se trata? |
Don Dudoso |
Mi sobrinita iba a hacer la Primera Comunión el sábado pasado, en una capilla en el rancho. Su hermano mayor quedó de conseguir cura, pero no lo logró, y para no quedar mal, pidió a un amigo suyo que fue monaguillo, que le hiciera de cura y dijera la Misa. Pero quedó con remordimiento y ayer le confesó todo a mi hermana. Ella lo tranquilizó porque según aseguró hay un principio en la Iglesia que dice: ‘la fe suple’, así que como la niña tuvo fe en que hizo la Primera Comunión, sí la hizo. ¿Ud qué opina? |
Doña Teófila |
Primero, opino que por no querer quedar mal, su sobrino quedó ¡pésimo! Lo que hizo fue una falta muy grave, y la de su amigo también. Uno por buscar un falso sacerdote y el otro por aceptar usurpar una función que pertenece al Sacramento del Orden Sacerdotal. |
Don Dudoso |
Sí, sus papás y los que nos enteramos los hemos puesto pintos, y supe que se fueron a confesar y el padre ¡les pegó una regañiza! |
Doña Teófila |
Qué bueno, para que escarmienten. |
Don Dudoso |
Bueno, pero mi sobrinita, que es la que importa en este asunto, ¿sí hizo su Primera Comunión? Viera ¡con cuánta devoción comulgó! |
Doña Teófila |
Me temo que debo decirle que no la hizo. El Sacramento de la Eucaristía, para ser válido, requiere a un sacerdote válidamente ordenado. Y por más devoción que se tenga, si no está la Presencia Real de Cristo en la Eucaristía, entonces lo que la nena hizo equivale sólo a una Comunión espiritual, y seguramente el Señor le tomó en cuenta el amor con que creyó recibirlo, pero realmente no lo recibió. Si después fue el domingo a Misa y comulgó, ahí sí, hizo su Primera Comunión. |
Don Dudoso |
Pero y entonces ese principio de que ‘la fe suple’, ¿a qué se refiere? |
Doña Teófila |
El principio no dice la fe sino la Iglesia, (‘Ecclesia supplet’), viene en el Código de Derecho Canónico (CIC #144), y se aplica exclusivamente a casos en los que un ministro ordenado comete un error sin saberlo y del que no se entera la gente (por ejemplo, estuvo confesando, o celebró un matrimonio en una iglesia que pensó pertenecía a su territorio parroquial y en realidad quedaba fuera de éste), entonces la Iglesia suple, para ese caso específico, lo que le faltó al sacerdote y da por buena la potestad con la que el ministro actuó. |
Don Dudoso |
Ah, como quien dice, sólo aplica para ciertos asuntos eclesiásticos. Entonces si la gente que recibe un Sacramento falso tiene mucha fe, eso no lo hace verdadero? |
Doña Teófila |
No. Los Sacramentos no dependen de la fe de quien los recibe, sino de tres cosas: que los administre un ministro válidamente ordenado, que la materia sea válida (por ej. en el caso de la Eucaristía, que las hostias y el vino sean conforme a las normas), y la forma también (es decir, las palabras y gestos del ministro). |
Don Dudoso |
Ah, pues voy a sacar a mi hermana de su error. Lo bueno es que la chiquilla ya hizo su Primera Comunión, me consta porque fui con ellos el domingo a Misa. ¡Gracias por la aclaración! |
Doña Teófila |
No hay de qué. Saludos a mi comadrita, y ¡que tengan un feliz y bendecido domingo! |