El bobo feroz
Alejandra María Sosa Elízaga**
Mi hermana me envió un video que muestra a su nietecita de dos años hojeando el libro del cuento de Caperucita, y exclamando cada vez que aparece la ilustración del lobo: ‘¡el bobo feroz!, ‘¡el bobo feroz!’, ¡el bobo feroz!’
Nos hizo mucha gracia que en su lenguaje infantil hubiera cometido el error de llamar bobo al lobo feroz, pero pensándolo bien, ¡no es un error!
En estos días en Misa escuchamos que Jesús es el Buen Pastor y nosotros Sus ovejas (por ej: en el Evangelio del domingo pasado, el del lunes y martes, y en la Antífona de Entrada este lunes).
¿Qué significa ser ovejas?
Desde luego no es, como se entiende a veces, sobre todo en política, convertirnos en ‘borregada’, en masa amorfa, anónima, manipulable y manipulada. No.
Jesús dice que conoce a Sus ovejas y que ellas lo conocen a Él; tiene una relación especial, personal, con cada una.
Pertenecer a este rebaño no implica desaparecer como individuos, pasar desapercibidos en medio de una incontable cantidad de ovejas.
Implica algo que tal vez suene obvio pero que en estos tiempos puede no serlo tanto: ser conscientes de que somos ovejas, no lobos.
Como ovejas nos ponemos en las manos del Pastor y confiamos en que Él nos conducirá, como dice el Salmo 23, a verdes praderas y a manantiales tranquilos.
Dejamos que nos guíe, y aunque caminemos por cañadas oscuras, no tememos porque saberlo cerca nos da seguridad.
Poniendo nuestra confianza en Él y sólo en Él, quedamos tranquilos.
En cambio los lobos no tienen quien los defienda, consiguen su sustento por su cuenta, y para obtenerlo suelen emplear la violencia.
¿Puede metamorfosearse una oveja en lobo?
Sí, cuando desprecia la ayuda del pastor, se cree autosuficiente, se aleja del rebaño y en lugar de reaccionar con mansedumbre, reacciona con violencia, en lugar de balar aprende a aullar.
Según datos de la Santa Sede, los cristianos, en particular los católicos, es el grupo más atacado en el mundo, que todos los días sufre persecuciones, torturas, asesinatos, destrucción de iglesias, profanaciones, sacrilegios, y burlas en medios de comunicación.
Ello preocupa, angustia e indigna a muchos, que se ven tentados a defenderse comportándose como lobos, pero hacerlo implicaría dejar de ser ovejas, dejar de contar con la protección del Pastor. Hay que luchar contra esa tentación. Recurrir, en cambio, al poder de la oración.
Tenemos como muestra lo sucedido el lunes: Se anunció en redes sociales que en el campus de la universidad de Harvard se realizaría una ‘misa negra’ (acto sacrílego para burlarse de la Misa). Ante la protesta de la comunidad católica, la rectora dijo que era un ‘evento cultural’ y no lo prohibiría.
Entonces, en lugar de reaccionar como lobos y amenazar con poner bombas o matar a quien asistiera, los católicos reaccionaron como ovejas, encomendándose al Pastor y convocando a todo el mundo (literalmente) a intensa campaña de oración.
Participamos creyentes de todo el planeta mientras ellos celebraron en la capilla universitaria, una Misa que tuvo lleno total. Entonces, de pronto se supo que el evento cambiaría de sitio y hora. Seguimos orando. Luego se supo que se canceló. ¡Lo logró la fuerza de la oración! ¡Qué gran lección!
Si se hubiera recurrido a la violencia, aquello hubiera terminado mal, probablemente con heridos y muertos. En cambio todo se resolvió en paz, gracias a que estas ovejas prefirieron acogerse al amparo del Pastor, y ninguna quiso convertirse en lobo, ninguna quiso volverse un bobo feroz.