y los envió por delante...
a todas las ciudades y sitios a donde ÉL había de ir...'
(Lc 10,1)

Esperanza ¿fallida o cierta?

Alejandra María Sosa Elízaga*

Esperanza ¿fallida o cierta?

“Confianza en alguien, proyectada al futuro.”

Es una definición de ‘esperanza’ que da el padre Mike Schmitz, de Ascension Press, joven sacerdote que tiene miles de seguidores que aman las capsulitas que sube a internet y en las que con conocimiento y simpatía, toca temas de fe.

Dice que en términos cristianos, la esperanza consiste en confiar en Jesús, no sólo ahora, sino también a futuro. Y da tres ejemplos.

En el primer ejemplo menciona el caso de Pedro. En la Última Cena, cuando Jesús anuncia que irá a un lugar a donde ellos, Sus discípulos no pueden ir. Pedro dice que él quiere seguirlo, y para enfatizar su adhesión a Jesús le dice: “daré mi vida por Ti.”(Jn 13, 37). Jesús le responde: “¿Con que darás tu vida por Mí? Yo te aseguro que no cantará el gallo antes de que me hayas negado tres veces” (Jn 13, 38).

Por los otros Evangelios sabemos que al oír esto, Pedro, en lugar de pedir a Jesús que lo ayudara y diera fuerza para no negarlo, se puso a asegurar que no lo negaría.

Fue un error. Dice el padre Mike que es como si Pedro hubiera dicho: ‘Señor, estás aquí, pero voy a confiar en mí.’ Es ejemplo de esperanza fallida, porque la puso en sí mismo. Y ya sabemos cómo acabó: negó tres veces a su Señor.

El segundo ejemplo es sobre los caminantes de Emaús, dos discípulos de Jesús, que impactados por haber visto a su Maestro muerto y sepultado, no creyeron a quienes les dijeron que había resucitado, y decidieron irse a la aldea donde probablemente vivían antes de seguir a Jesús. Cuando Él se les emparejó en el camino y les preguntó por qué estaba tan tristes, uno de ellos le habló acerca de Jesús y dijo: “Nosotros esperábamos que sería el que iba a librar a Israel; pero...llevamos ya tres días desde que esto pasó. El caso es que algunas mujeres de las nuestras nos han sobresaltado, porque fueron de madrugada al sepulcro, y al no hallar Su cuerpo, vinieron diciendo que hasta habían visto una aparición de ángeles, que decían que Él vivía. Fueron también algunos de los nuestros al sepulcro y lo hallaron tal como las mujeres habían dicho, pero a Él no le vieron”. (Lc 24, 21-24).

Dice el padre Mike que también ésta es una esperanza fallida, pues dejaron de confiar en Jesús sólo porque no lo veían. Se rindieron ante la aparente evidencia. Fue como si dijeran: ‘Señor, no estás aquí, así que ya no vamos a confiar en Ti’.

El tercer ejemplo es el de la verdadera esperanza, la que estamos llamados a vivir nosotros, y tenemos para ellos tres buenas razones.

La primera razón, es que ya vimos que no termina bien eso de poner nuestra confianza en nosotros mismos, como hizo Pedro. Nuestras débiles fuerzas no son capaces de sostenernos cuando vivimos situaciones difíciles que nos ponen a prueba. Fallamos miserablemente.

La segunda razón es que ya vimos que es un error dejar de confiar en el Señor porque creer que nos ha dejado solos. No lo ha hecho. Él va con nosotros en el camino, aunque no siempre nos demos cuenta y aunque no siempre sepamos reconocerlo.

Y la tercera, que es la razón más poderosa, nos la da lo que estamos celebrando este Domingo de Pascua: que Jesús ¡resucitó! ¡Lo prometió y lo cumplió! Asumió nuestro pecado, nuestro sufrimiento, nuestro dolor, y lo redimió. Asumió nuestra muerte ¡y la venció! Celebramos que podemos confiar en Él y no quedaremos defraudados, porque Aquel que ha estado siempre con nosotros, sigue con nosotros hoy, y estará con nosotros mañana. No tenemos que confiar en nosotros mismos, como propone un mundo que no tiene fe. No tenemos que dudar de Su presencia en nuestra vida, sentirnos solos e ir por la existencia llenos de tristeza. ¡Resucitó! ¡Está aquí! Es el pilar inquebrantable que sostiene nuestra esperanza. Nunca nos ha abandonado y nunca nos abandonará. Basta que le abramos nuestro corazón y que prestemos atención para encontrarlo, hoy y siempre, Vivo y Presente a nuestro lado.

Publicado el domingo 4 de abril de 2021 en la revista digital 'Desde la Fe', Semanario de la Arquidiócesis de México, y en la pag web y de facebook de Edicones 72.