y los envió por delante...
a todas las ciudades y sitios a donde ÉL había de ir...'
(Lc 10,1)

¿Cómo reaccionas?

Alejandra María Sosa Elízaga*

¿Cómo reaccionas?

Elige en cada caso, una de las dos opciones:

1. Vas en un auto con tu mamá, que es mayor y de salud frágil. En eso, unas personas anticatólicas te interceptan para gritarte insultos y golpear tu coche. Tu mamá se asusta mucho. ¿Cómo reaccionas?
a) Te enfureces y les echas el coche encima para atropellarlas.
b) Mantienes la calma, procuras serenar a tu mamá, rezas por esas personas y sigues tu camino.

2. Estás en Misa y de pronto entran unas gentes anticatólicas que gritan, rompen las bancas, ensucian las paredes, hacen destrozos. ¿Cómo reaccionas?
a) Alientas a los asistentes a sacarlas de ahí a trancazos.
b) Alientas a los asistentes a orar y a formar una barrera humana que les impida firme pero pacíficamente pasar.

3. Estás participando en un evento en el que te toca exponer un tema. En eso irrumpen en el auditorio unas feministas anticatólicas que gritándote e insultándote, te arrojan agua. ¿Cómo reaccionas?
a) Les arrojas con furia, no sólo el vasito de agua que está en tu mesa, sino la botella y hasta el micrófono.
b) Te quedas inmóvil, te secas, las encomiendas a Dios, y continúas tu charla.

4. Vas por la calle. En eso pasa un camión, en el cual vienen subidos dos tipos anticatólicos que te escupen. ¿Cómo reaccionas?
a) Corres tras el camión para escupirles tú también en cuanto se bajen.
b) Te limpias la cara, haces una pequeña oración por ellos y sigues tu camino.

5. Llegas a trabajar y te topas con un grupo de enmascarados anticatólicos que se han disfrazado para insultarte y burlarse de ti, y han pintarrajeado la fachada de tu oficina. ¿Cómo reaccionas?
a) Pides que les avienten agua helada desde el segundo piso y que los echen a patadas.
b) No te dejas provocar, entras a trabajar, rezas por ellos y denuncias el hecho a la autoridad.

Resultados:

Si elegiste las respuestas de letra a, reaccionaste igualito que la mayoría de la gente, que a la menor -o en este caso mayor- provocación, actúa visceralmente, devuelve insulto por insulto, y contribuye así a una espiral de violencia que va de mal en peor y no tiene final.
Si elegiste las respuestas de la letra b, ¡enhorabuena!, sabes dejar que actúe en ti el Espíritu Santo, cuyos frutos son, entre otros, la mansedumbre y el dominio propio (ver Gal 5, 22), y estás en sintonía con lo que dice san Pedro en la Segunda Lectura que se proclama en Misa este domingo (ver 1Pe 2, 20-25):

Hermanos: Soportar con paciencia los sufrimientos que les vienen a ustedes por hacer el bien, es cosa agradable a los ojos de Dios, pues a esto han sido llamados, ya que también Cristo sufrió por ustedes y les dejó así un ejemplo para que sigan sus huellas.
Él no cometió pecado ni hubo engaño en Su boca; insultado, no devolvió los insultos; maltratado, no profería amenazas, sino que encomendaba Su causa a l Único que juzga con justicia.
..”

Cuando se nos hace una injusticia, cuando se ejerce contra nosotros algún tipo de violencia, pequeña o grande, por el simple hecho de ser católicos, es natural que sintamos enojo, frustración, ganas de contestar con la misma moneda. “Soportar con paciencia” parece imposible, pero no lo es. Prueba de ello son los cinco ejemplos citados arriba, que no son fruto de la imaginación, sino de la investigación. Todos sucedieron, (puedes localizarlos en internet), y en todos los casos, los afectados, católicos comprometidos que viven en serio su fe, respondieron según la opción b.

1. El 7 de octubre de 2007, cuando el Cardenal Norberto Rivera, Arzobispo de la Arquidiócesis de México, salía de presidir la Misa dominical, una supuesta periodista y otras personas interceptaron su camioneta, golpeándola y lanzando insultos. Él no se bajó ni reaccionó con violencia. Se mantuvo sereno y más bien se preocupó por serenar a su mamá, que iba con él y por su avanzada edad y frágil salud, estaba muy afectada. 

2. En noviembre de 2007, unos manifestantes que participaban en un evento político, arengados por una oradora irresponsable, que en su ignorancia creyó que las campanadas que llamaban a Misa en la Catedral de la Ciudad de México eran para interrumpir su discurso, penetraron en ésta lanzando insultos, rompiendo cosas, arrojando líquidos de todas clases en las paredes y aterrorizando a los feligreses, que sin embargo reaccionaron pacíficamente, procurando simplemente impedirles pasar más adentro, para que no cometieran peores sacrilegios.

3. El 24 de abril de 2013, Mons Joseph Leónard, presidente de la Conferencia Episcopal de Bélgica, daba una charla, cuando unas feministas del grupo FEMEN, con el pecho descubierto y gritando insultos, le arrojaron agua a la cara. Él cerró los ojos y se quedó quieto, orando.

4. A finales de junio de 2015, el padre Jonathan Morris, de la parroquia de Corpus Christi, en Nueva York, iba caminando por la banqueta durante un ‘desfile del orgullo gay’, cuando le lanzaron un escupitajo un par de tipos que iban subidos en un carro alegórico. Publicó en su twitter que seguramente se trataba de buenas personas que albergaban algún resentimiento.

5. En agosto de 2016, unas personas que dijeron representar a la comunidad LGBTTTTI, y portaban máscaras y grotescos disfraces, pintarrajearon las paredes del Arzobispado de México y pretendieron clausurarlo ‘por promover el odio’ (dejando de manifiesto en realidad quién odia a quién). No se respondió con agresión a su agresión.

En estos tiempos en que los ataques a la Iglesia Católica y a sus miembros van en aumento, de hecho hoy en día los cristianos son el grupo más discriminado y perseguido en el mundo, llega oportuno desde los tiempos más remotos del cristianismo, tiempos también de persecución, el inspirado consejo de nuestro primer Papa, que nos pide no reaccionar nunca con violencia, sino como el Señor, que nos obtuvo la salvación actuando siempre y ante todo, con amor.

No olvidemos que sólo la luz vence a las tinieblas. Y a lo largo de los siglos, y el actual no es la excepción, no han sido pocas las conversiones que se han logrado cuando los atacantes se desconciertan ante la mansedumbre de los atacados.

En este Cuarto Domingo de Pascua, llamado ‘del Buen Pastor’, estamos llamados a recordar que somos Sus ovejas, y que ante cualquier agresión, hemos de buscar pronta, pero mansamente, Su amorosa protección.

Publicado el domingo 7 de mayo de 2017 en la pag web y de facebook de ‘Desde la Fe’, Semanario de la Arquidiócesis de México; en la de SIAME (Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México), y en la de Ediciones 72.