y los envió por delante...
a todas las ciudades y sitios a donde ÉL había de ir...'
(Lc 10,1)

Memoria

Alejandra María Sosa Elízaga*

Memoria

‘Ya se olvidó de su origen humilde’

Es una frase que la gente suele decir refiriéndose a alguien que ha logrado alcanzar una posición importante, y su dinero, poder y fama lo han hecho creerse, como decimos en México, el ‘muy muy’, y sentirse muy por arriba de los demás.

Quien pierde así la memoria inevitablemente cae en la soberbia de creer que nada se le dificulta, que todo lo puede y que por sí mismo logra lo que quiere.

Se vuelve engreído, prepotente y antipático.

Necesita caerse de su pedestal para que el trancazo lo haga reaccionar y cambiar.

Por el contrario, quien llega muy alto pero no olvida que empezó muy abajo, tiene otra actitud, se mantiene humilde y dispuesto a ayudar a los que sufren lo que sufrió.

Por ejemplo, la escritora más rica de Inglaterra, cuando era joven fue golpeada por su esposo, tuvo que dejarlo y criar sola a su hija, y pasó penurias económicas.

Y ahora emplea parte de su fortuna para ayudar a mujeres víctimas de la violencia, y a madres solteras.

El director de un importante canal católico de televisión, siempre recuerda que su mamá fue inmigrante ilegal, deportada varias veces de EUA, y ahora él hace mucho para ayudar a los inmigrantes.

Estos ejemplos muestran qué fundamental es y cuánto bien le hace a uno y a los demás tener siempre presente en la memoria y en el corazón, el propio origen.

Y si lo es a nivel humano, cuánto más en nuestra relación con Dios.

En la Primera Lectura que se proclama en Misa este Primer Domingo de Cuaresma (ver Dt 26, 4-1), Moisés enseña a las gentes de su pueblo a que cuando presenten ante Dios las primicias, es decir, lo primero, lo mejor, de sus cosechas, repitan ante el Señor, ciertas palabras que les recuerden de dónde vinieron, cómo fue su origen, su historia, para ser conscientes de que lo que ahora tienen y le ofrecen, no se debe a sí mismas, sino al Él, y por eso al terminar de pronunciarlas, se postren y lo adoren.

Qué importante es lo que podríamos llamar la memoria espiritual.

Tener siempre presente lo que Dios ha hecho por nosotros

En la Biblia leemos la historia de la salvación, y conocerla nos hace conscientes de todo lo que Dios ha hecho por Su pueblo, a pesar de que éste no lo merecía y le falló y le fue infiel una y otra vez.

Como dice el Papa Francisco, la historia de la salvación es una historia en la que se muestra la misericordia de Dios.

Y esa historia no es sólo la historia que podríamos llamar general, la del pueblo de Dios, que leemos en la Biblia.

Cada uno de nosotros tiene también su propia historia de salvación.

Conocerla, y sobre todo recordarla, nos mantiene conscientes de que Dios nos ha mostrado también una gran misericordia.

Es por ello que sería muy bueno que también nosotros registremos nuestra propia historia de salvación, pero no sólo en la memoria, sino por escrito.

No es difícil ni complicado, ni requiere demasiado tiempo.

Basta un cuaderno en el que vayamos anotando cómo Dios se manifiesta en nuestra historia cada día.

Y así, por ejemplo, en una hoja podemos escribir cómo captamos en cierto asunto la presencia amorosa del Señor; en otra ocasión, cómo sentimos la intercesión maternal de María en otra situación, y así, podemos ir registrando nuestra historia a la luz de la Palabra y la presencia de Dios.

Eso nos permitirá mantenernos humildes, conscientes de que no salimos adelante por nosotros mismos, sino con ayuda del Señor, y nos moverá, como a Su pueblo, a agradecerle y adorarlo; nos ayudará a ponernos cada día más confiados en Sus manos, y algo muy importante en este Año Santo, nos animará a ir a anunciar lo que Dios ha hecho por nosotros, Su misericordia, a nuestros hermanos.

*Publicado el 14 de febrero de 2016 en las páginas web y de facebook de 'Desde la Fe', Semanario de la Arquidiócesis de México (www.desdelafe.mx), en las del Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (www.siame.com.mx), y en la de Ediciones 72. Conoce los libros y cursos de Biblia gratuitos de esta autora y su ingenioso juego de mesa 'Cambalacho' aquí en www.ediciones72.com