y los envió por delante...
a todas las ciudades y sitios a donde ÉL había de ir...'
(Lc 10,1)

ROSARIO POR AFECTADOS POR PANDEMIA

El arma más poderosa con la que contamos para combatir la pandemia de coronavirus es la oración.

Eso no significa que no tengamos que seguir las indicaciones de las autoridades sanitarias, desde luego que hay que cumplirlas, pero los creyentes tenemos un recurso extra y valiosísimo: nuestra fe en Dios y la intercesión de nuestra Madre la Virgen María.

En las apariciones marianas recientes, reconocidas por la Iglesia, Ella siempre pide insistentemente que recemos el Rosario. Es lógico. Se trata de una oración muy completa, en la que vamos repasando los momentos principales de la vida de Jesús y de María (san Juan Pablo II la llamaba ‘compendio del Evangelio’ y decía que era su oración favorita), y además nos encomendamos a nuestro Padre Celestial y a Aquélla a la que Jesús, estando en la cruz, nos dio por Madre, ¿qué más se puede pedir?

Ahora bien, cuando se habla de rezar el Rosario, tal vez mucha gente se resista, porque tiene la idea de que es un rezo aburrido, repetitivo, que le obligaban a hacer en su infancia, pero se equivoca. Rezar el Rosario no es para nada aburrido cuando se reza bien, ¿y qué es rezarlo bien? Desde luego no es rezarlo apresuradamente, apenas mencionando cada Misterio y en seguida atropellando los Padre Nuestros y Ave Marías a mil por hora casi sin respirar. Rezarlo bien implica hacer al menos estas cuatro cosas:

1. Recordar o releer el texto bíblico al que corresponde el Misterio

Es importante para dejar que la Palabra de Dios nos hable al corazón.

2. Tomar un minuto para reflexionarlo y relacionarlo con lo que estamos viviendo

Ello permite al Espíritu Santo hacernos notar algún detalle en particular que iluminará nuestra vida.

3. Dialogar con Jesús al respecto y pedirle Su ayuda

A diferencia de lo que se suele creer, que el Rosario sólo tiene que ver con María, en realidad habla más de Jesús, y por eso dialogamos con Él sobre lo que reflexionamos.

4. Dialogar con María al respecto y pedirle su intercesión

Por último, pero no por ello menos importante, acudimos a nuestra Madre amorosa, también para platicar con Ella y para pedirle ruegue por nosotros.

Cuando se reza así el Rosario jamás es aburrido, pues siempre hay algo nuevo que reflexionar, siempre algo nuevo de lo que podemos conversar con Jesús y con María y que les podemos pedir, cada día.

Aprovechando que las autoridades han pedido que procuremos no salir para evitar que se siga extendiendo el contagio del coronavirus  (ya que una persona puede estar infectada sin tener síntomas y creyendo que está bien salir, pero en realidad es contagiosa y su imprudencia propiciará que contagie a muchas más), ésta es la oportunidad perfecta para rezar el Rosario en casa, aprovecharlo y disfrutarlo.

A continuación te presento una propuesta para rezar el Rosario específicamente con la intención de pedir por los afectados por esta pandemia de coronavirus. Es sólo un ejemplo, toma lo que te convenga.

El Rosario está compuesto por 20 Misterios (en términos de fe, lo de ‘misterio’ no se entiende como referido a un libro o película de suspenso, sino a una realidad divina que está más allá de lo que podemos comprender). Se suelen rezar 5 diarios. La propuesta es dedicar cada Misterio a una de estas intenciones:

1. Por los enfermos de coronavirus: Y también los que sufren otros padecimientos y no han podido ser debidamente atendidos.

2. Por médicos, enfermeras, voluntarios, personal en hospitales, científicos, investigadores y autoridades.

3. Por las familias, especialmente los ancianos, los que están lejos, solos y con temor.

4. Por obispos, sacerdotes diáconos y también sacristanes, secretarias, MESAC y pastoral de salud. Y por los fieles, privados del consuelo de asistir a Misa.

5. Por los que han fallecido. Por los afectados (desempleados, aislados, discriminados). Y por trabajadores en riesgo de contagio porque atienden al público (en oficinas, supermercados, reparto a domicilio, policía, limpieza). Y por quienes no tienen medios para sobrevivir.

PROPUESTAS PARA PEDIR POR AFECTADOS POR LA PANDEMIA

Reza el Rosario como acostumbras. Si no sabes cómo puedes consultarlo en ‘El Rosario paso a paso’, en la sección de ‘Oraciones’ de la pag web de Ediciones 72. 

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Y luego de enunciar y recordar o releer el texto de cada Misterio, puedes hacer estas oraciones a Jesús y a María:

MISTERIOS GOZOSOS

(Se rezan lunes y sábados)

1. La Encarnación del Hijo de Dios (Lc 1, 26-38)

Jesús: Gracias por haber venido a compartir nuestra condición humana. A Ti, que comprendes nuestros dolores, te pedimos por los enfermos de coronavirus, en especial los que están aislados, sin ver a su familia ni recibir auxilio espiritual. Acompáñalos y consuélalos.

María: A ti, que siempre le dijiste ‘sí’ a Dios, ayuda a los contagiados a ponerse en Sus manos, como tú y a confiar en que lo que disponga el Señor será lo mejor. Y ruega por todos los pacientes que también requieren cuidados y por esta crisis del coronavirus no los han recibido. Que pronto puedan ser debidamente atendidos.

(Dar oportunidad para que quien lo desee pueda pedir por algo en voz alta, por ejemplo, por algún enfermo o enfermos que conozca).

Luego se rezan el Padre Nuestro, 10 Ave Marías. Después reza estas 3 jaculatorias y la oración:

-María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia. En la vida y en la muerte, ampáranos, gran Señora.

-Oh, Jesús mío, líbranos del fuego del Infierno. Lleva al Cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Tu Misericordia.

-Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.

-Santa María de Guadalupe,

Madre de compasivo corazón:

En tu amoroso amparo confiamos.

A ti clamamos en nuestra aflicción.

Pide al Señor nos libre de esta pandemia.

Protégenos con tu manto

y danos tu bendición.  Amén.

2. La Visitación de María a Isabel (Lc 1, 39-56)

Jesús: A Ti que desde el seno de Tu Madre fuiste al encuentro de los necesitados, te pedimos por médicos, enfermeras y voluntarios que asisten a los infectados. Bendícelos, líbralos del contagio y dales Tu gracia para seguirlos ayudando.

María: Tú te olvidaste de ti misma para ir a auxiliar a Isabel tu prima, ruega por quienes sin pensar en sí mismos, y a pesar del cansancio y de que arriesgan su vida, atienden a los enfermos. Pide a Jesús que los libre de contagiarse y sostenga sus esfuerzos. También ruega por el personal de hospitales y centros de salud, que están en riesgo de contagio y no cuentan con la debida protección. Por los científicos e investigadores, que puedan hallar pronto cura y vacuna. Y por las autoridades, para que establezcan medidas que en verdad ayuden a la población.

(Dar oportunidad para que quien lo desee pueda pedir por algo en voz alta, por ejemplo, por personal de salud, científicos o autoridades).

Luego se rezan el Padre Nuestro, 10 Ave Marías.  Después reza estas 3 jaculatorias y la oración:

-María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia. En la vida y en la muerte, ampáranos, gran Señora.

-Oh, Jesús mío, líbranos del fuego del Infierno. Lleva al Cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Tu Misericordia.

-Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.

-Santa María de Guadalupe,

Madre de compasivo corazón:

En tu amoroso amparo confiamos.

A ti clamamos en nuestra aflicción.

Pide al Señor nos libre de esta pandemia.

Protégenos con tu manto

y danos tu bendición.  Amén.

3. El Nacimiento del Hijo de Dios (Lc 2, 1-20)

Jesús: Cuando naciste no había lugar para Ti en la posada. Sabes lo que se siente no ser bienvenido. Te rogamos por quienes por estar contagiados son temidos y discriminados y se sienten solos y deprimidos.

Hazles sentir Tu presencia amorosa a su lado.

María: Cuando diste a luz a Jesús, tú y José estaban lejos de su familia y seres queridos, ruega por aquellos a quienes esta cuarentena ha dejado lejos de sus parientes y amigos, sobre todo por los ancianos, que no tienen a nadie. Cuídalos y ampáralos.

(Dar oportunidad para que quien lo desee pueda pedir por algo en voz alta, por ejemplo, por algún familiar que está lejos o aislado, especialmente por los abuelos y personas mayores).

Luego se rezan el Padre Nuestro, 10 Ave Marías. Después reza estas 3 jaculatorias y la oración:

-María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia. En la vida y en la muerte, ampáranos, gran Señora.

-Oh, Jesús mío, líbranos del fuego del Infierno. Lleva al Cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Tu Misericordia.

-Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.

-Santa María de Guadalupe,

Madre de compasivo corazón:

En tu amoroso amparo confiamos.

A ti clamamos en nuestra aflicción.

Pide al Señor nos libre de esta pandemia.

Protégenos con tu manto

y danos tu bendición.  Amén.

4. La Presentación del Niño Jesús en el Templo (Lc 2, 22-38)

Jesús: En cuanto te vio Simeón supo reconocer en Ti al Salvador. También nosotros te reconocemos en la persona de tus obispos, sacerdotes y diáconos que llevan los Sacramentos a los enfermos. Bendícelos y líbralos de todo mal.

María: Jesús te anunció que una espada te atravesaría, y así sucedió, cuando presenciaste los sufrimientos de tu Hijo en Su Pasión. Ruega por obispos, sacerdotes y diáconos que atienden a los enfermos. Que Jesús los libre del contagio, y a los que están enfermos les devuelva pronto la salud. Ruégale también por quienes laboran en las iglesias: sacristanes, secretarias, personal de limpieza, y por quienes ejercen algún ministerio, sobre todo en pastoral de salud. Líbralos del contagio. Consuela a los fieles que sufren, por no poder asistir a Misa y comulgar. Pídele a Tu Hijo los colme de bendiciones mediante una Comunión espiritual.

(Dar oportunidad para que quien lo desee pueda pedir por algo en voz alta, por ejemplo, por algún obispo, sacerdote o diácono que conozca).

Luego se rezan el Padre Nuestro, 10 Ave Marías. Después reza estas 3 jaculatorias y la oración:

-María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia. En la vida y en la muerte, ampáranos, gran Señora.

-Oh, Jesús mío, líbranos del fuego del Infierno. Lleva al Cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Tu Misericordia.

-Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.

-Santa María de Guadalupe,

Madre de compasivo corazón:

En tu amoroso amparo confiamos.

A ti clamamos en nuestra aflicción.

Pide al Señor nos libre de esta pandemia.

Protégenos con tu manto

y danos tu bendición.  Amén.

5. El Niño Jesús perdido y hallado en el Templo (Lc 2, 41-50)

Jesús: María y José te buscaron angustiados cuando te creyeron perdido. Nadie quiere que se le pierda un hijo. Por eso te rogamos que no permitas que ninguna alma se pierda. Intercedas ante Tu Padre por los pacientes hospitalizados, que son aislados y mueren sin haberse podido despedir de sus seres queridos ni recibir ningún auxilio espiritual. Recíbelos en la Patria Celestial.

María: A ti que te angustió que Jesús se te hubiera perdido, te pedimos por los enfermos graves que van a fallecer, ruega por ellos, que su alma no se vaya a perder. Ruégale también por todos los afectados por esta pandemia: desempleados, aislados, discriminados. Por los trabajadores en riesgo de contagio, en especial los que atienden al público en oficinas, supermercados, reparto a domicilio, policía, limpieza. Y por los más necesitados, que no tienen medios para sobrevivir. Acógelos a Su Misericordiosa y Divina Providencia.

(Dar oportunidad para que quien lo desee pueda pedir por algo en voz alta, por ejemplo, por algún difunto o por alguien gravemente afectado).

Luego se rezan el Padre Nuestro, 10 Ave Marías. Después reza estas 3 jaculatorias y la oración:

-María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia. En la vida y en la muerte, ampáranos, gran Señora.

-Oh, Jesús mío, líbranos del fuego del Infierno. Lleva al Cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Tu Misericordia.

-Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.

-Santa María de Guadalupe,

Madre de compasivo corazón:

En tu amoroso amparo confiamos.

A ti clamamos en nuestra aflicción.

Pide al Señor nos libre de esta pandemia.

Protégenos con tu manto

y danos tu bendición.  Amén.

MISTERIOS LUMINOSOS

(Se rezan los jueves)

1. El Bautismo de Jesús en el Jordán (Mt 3, 13-17)

Jesús: A Ti, que iniciaste Tu ministerio público caminando entre los más necesitados de misericordia, a los que Juan bautizaba en el río Jordán: Te pedimos por los enfermos de coronavirus que se sienten discriminados porque nadie se les quiere acercar. También por los que están graves en los hospitales, privados de la cercanía de sus seres amados. Acércate a ellos; sé Tú su compañía y su consuelo.

María: Tú que eres la Madre de la Misericordia, ruega por enfermos de coronavirus, y en especial por los que están graves, para que los conforte la presencia amorosa del Señor. Y por todos los pacientes que también requieren cuidados y no han podido recibirlos. Que puedan ser debidamente atendidos.

(Dar oportunidad para que quien lo desee pueda pedir por algo en voz alta, por ejemplo, por algún enfermo que conozca).

Luego se rezan el Padre Nuestro, 10 Ave Marías. Después reza estas 3 jaculatorias y la oración:

-María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia. En la vida y en la muerte, ampáranos, gran Señora.

-Oh, Jesús mío, líbranos del fuego del Infierno. Lleva al Cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Tu Misericordia.

-Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.

-Santa María de Guadalupe,

Madre de compasivo corazón:

En tu amoroso amparo confiamos.

A ti clamamos en nuestra aflicción.

Pide al Señor nos libre de esta pandemia.

Protégenos con tu manto

y danos tu bendición.  Amén.

2. La autorrevelación de Jesús en las bodas de Caná (Jn 2, 1-11)

Jesús: Tú que obraste en Caná el milagro de dar en abundancia lo que antes faltaba, te rogamos por médicos, enfermeras, voluntarios y personal que labora en hospitales y centros de salud, y ya no pueden más, les falta material, están agotados, abrumados, algunos incluso contagiados. Renueva sus fuerzas, dales Tú lo que les falta, cólmalos con Tu gracia para que puedan seguir con su labor de amor.

María: A ti que en Caná percibiste lo que faltaba y se lo pediste a Jesús, pídele por quienes atienden a los enfermos, que llene de nuevo sus tinajas, para que no se vacíen de fortaleza, caridad y esperanza. También ruega por el personal de hospitales y centros de salud, que están en riesgo de contagio y no cuentan con la debida protección. Por los científicos e investigadores, que puedan hallar pronto cura y vacuna. Y por las autoridades, para que establezcan medidas que en verdad ayuden a la población.

(Dar oportunidad para que quien lo desee pueda pedir por algo en voz alta, por ejemplo, por personal de salud, científicos o autoridades).

Luego se rezan el Padre Nuestro, 10 Ave Marías. Después reza estas 3 jaculatorias y la oración:

-María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia. En la vida y en la muerte, ampáranos, gran Señora.

-Oh, Jesús mío, líbranos del fuego del Infierno. Lleva al Cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Tu Misericordia.

-Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.

-Santa María de Guadalupe,

Madre de compasivo corazón:

En tu amoroso amparo confiamos.

A ti clamamos en nuestra aflicción.

Pide al Señor nos libre de esta pandemia.

Protégenos con tu manto

y danos tu bendición.  Amén.

3. El anuncio del Reino y la invitación a la conversión (Mc 1, 14-15)

Jesús: A Ti, que nos invitas a edificar Tu Reino en nuestro mundo, te pedimos por las familias que están teniendo que guardar cuarentena. Que la estrecha convivencia no provoque roces, sino oportunidades para construir Tu Reino mediante el amor, la solidaridad, la comprensión, la caridad y el perdón.

María: Jesús prometió Su Reino a quien ame y realice obras de misericordia. Ruégale por quienes están viviendo la cuarentena en soledad, con miedo y con tristeza, en especial los ancianos. Que mueva el corazón de las familias que los rodean, para que se ocupen de ellos, les hagan sentir acompañados y amados.

(Dar oportunidad para que quien lo desee pueda pedir por algo en voz alta, por ejemplo, por algún ancianito o ancianita que no tiene a nadie).

Luego se rezan el Padre Nuestro, 10 Ave Marías. Después reza estas 3 jaculatorias y la oración:

-María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia. En la vida y en la muerte, ampáranos, gran Señora.

-Oh, Jesús mío, líbranos del fuego del Infierno. Lleva al Cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Tu Misericordia.

-Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.

-Santa María de Guadalupe,

Madre de compasivo corazón:

En tu amoroso amparo confiamos.

A ti clamamos en nuestra aflicción.

Pide al Señor nos libre de esta pandemia.

Protégenos con tu manto

y danos tu bendición.  Amén.

4. La Transfiguración (Lc 9, 28-36)

Jesús: Tú que te transfiguraste ante Simón, Santiago y Juan, para darles una muestra de Tu Gloria que consolara la desolación que sintieron al saber lo que sufrirías en Tu Pasión, dales a Tus obispos, sacerdotes y diáconos, abrumados por la pena de ver sufrir a su rebaño, una muestra de Tu amor que los fortalezca y dé nuevos ánimos.

María: Ruega por obispos, sacerdotes y diáconos, que al igual que estaban los Apóstoles, están necesitados del consuelo que sólo Jesús les puede dar, para que puedan seguir atendiendo a su comunidad.

Ruégale también por quienes laboran en las iglesias: sacristanes, secretarias, personal de limpieza, y por quienes ejercen algún ministerio, sobre todo en pastoral de salud. Líbralos del contagio. Consuela a los fieles que sufren, por no poder asistir a Misa y comulgar. Pídele a Tu Hijo los colme de bendiciones mediante una Comunión espiritual.

(Dar oportunidad para que quien lo desee pueda pedir por algo en voz alta, por ejemplo, por su párroco y otros ministros o miembros de la iglesia).

Luego se rezan el Padre Nuestro, 10 Ave Marías. Después reza estas 3 jaculatorias y la oración:

-María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia. En la vida y en la muerte, ampáranos, gran Señora.

-Oh, Jesús mío, líbranos del fuego del Infierno. Lleva al Cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Tu Misericordia.

-Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.

-Santa María de Guadalupe,

Madre de compasivo corazón:

En tu amoroso amparo confiamos.

A ti clamamos en nuestra aflicción.

Pide al Señor nos libre de esta pandemia.

Protégenos con tu manto

y danos tu bendición.  Amén.

5. La Institución de la Eucaristía (Mt 26, 26-28)

Jesús: A Ti que prometiste quedarte con nosotros hasta el fin del mundo, y estás Presente en la Eucaristía, te pedimos por todos los que ya no pueden recibirla, porque están aislados en los hospitales, o en sus casas, o les han cerrado sus iglesias. Dales el consuelo de recibirte espiritualmente. Y en especial acogemos a Tu Divina Misericordia el alma de quienes fallecieron sin los Sacramentos.

María: Tú que fuiste la primera en acoger en tu seno a Jesús, ruégale por quienes fallecieron sin poder recibirlo en la Sagrada Comunión. También por quienes quieren comulgar y no pueden. Que tu Hijo los bendiga mediante una Comunión espiritual. Ruégale también por todos los afectados por esta pandemia: desempleados, aislados, discriminados. Por los trabajadores en riesgo de contagio, en especial los que atienden al público en oficinas, supermercados, reparto a domicilio, policía, limpieza. Y por los más necesitados, que no tienen medios para sobrevivir. Acógelos a Su Misericordiosa y Divina Providencia.

(Dar oportunidad para que quien lo desee pueda pedir por algo en voz alta, por ejemplo, por algún difunto o por alguien gravemente afectado).

Luego se rezan el Padre Nuestro, 10 Ave Marías. Después reza estas 3 jaculatorias y la oración:

-María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia. En la vida y en la muerte, ampáranos, gran Señora.

-Oh, Jesús mío, líbranos del fuego del Infierno. Lleva al Cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Tu Misericordia.

-Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.

-Santa María de Guadalupe,

Madre de compasivo corazón:

En tu amoroso amparo confiamos.

A ti clamamos en nuestra aflicción.

Pide al Señor nos libre de esta pandemia.

Protégenos con tu manto

y danos tu bendición.  Amén.

MISTERIOS DOLOROSOS

(Se rezan martes y viernes)

1. La Oración de Jesús en el Huerto (Lc 22, 39-46)

Jesús: A Ti que en el Huerto de Getsemaní sentiste tristeza y angustia y sudaste sangre, te pedimos por los que ante un diagnóstico de coronavirus se sienten tristes y angustiados. Ayúdalos a ponerse, como Tú, en las manos amorosas del Padre, y a aceptar con paz que se cumpla en todo Su voluntad.

María: Tú, que siempre le dijiste al Señor, pide por los enfermos que se rebelan, lo cuestionan o se sienten castigados o abandonados por Él. Ayúdalos a comprender que Dios en todo interviene para bien y todo lo permite por algo y siempre nos ayuda a superarlo. Y por todos los pacientes que también requieren cuidados y no han podido recibirlos; que pronto puedan ser debidamente atendidos.

(Dar oportunidad para que quien lo desee pueda pedir por algo en voz alta, por ejemplo, por algún enfermo).

Luego se rezan el Padre Nuestro, 10 Ave Marías. Después reza estas 3 jaculatorias y la oración:

-María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia. En la vida y en la muerte, ampáranos, gran Señora.

-Oh, Jesús mío, líbranos del fuego del Infierno. Lleva al Cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Tu Misericordia.

-Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.

-Santa María de Guadalupe,

Madre de compasivo corazón:

En tu amoroso amparo confiamos.

A ti clamamos en nuestra aflicción.

Pide al Señor nos libre de esta pandemia.

Protégenos con tu manto

y danos tu bendición.  Amén.

2. La flagelación del Señor (Jn 19, 1)

Jesús: A Ti, que aceptaste padecer por amor a nosotros, Te pedimos por los heroicos y abnegados doctores, enfermeras y personal de salud, que por amor a sus pacientes padecen agotamiento, riesgo de contagio, y sufren ante la impotencia de no poder hacer más. Sostenlos con Tu gracia y no los dejes caer en la desesperanza.

María: Tú que sufriste al ver el cuerpo flagelado de Jesús, pídele por los que sufren al ver a tanta gente afectada por el flagelo del coronavirus y no pueden hacer nada. Anímalos a encomendarlos a Dios, a redoblar su oración. También ruega por el personal de hospitales y centros de salud, que están en riesgo de contagio y no cuentan con la debida protección. Por los científicos e investigadores, que puedan hallar pronto cura y vacuna. Y por las autoridades, para que establezcan medidas que en verdad ayuden a la población

(Dar oportunidad para que quien lo desee pueda pedir por algo en voz alta, por ejemplo, por personal de salud, científicos o autoridades

Luego se rezan el Padre Nuestro, 10 Ave Marías. Después reza estas 3 jaculatorias y la oración:

-María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia. En la vida y en la muerte, ampáranos, gran Señora.

-Oh, Jesús mío, líbranos del fuego del Infierno. Lleva al Cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Tu Misericordia.

-Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.

-Santa María de Guadalupe,

Madre de compasivo corazón:

En tu amoroso amparo confiamos.

A ti clamamos en nuestra aflicción.

Pide al Señor nos libre de esta pandemia.

Protégenos con tu manto

y danos tu bendición.  Amén.

3. La Coronación de espinas (Mt 27, 27-30)

Jesús: Tú que soportaste que los soldados te humillaran y lastimaran con una corona de espinas que trenzaron y clavaron en tu cabeza, ruega por las familias cristianas que viven donde hay persecución religiosa, y en esta pandemia son humilladas, lastimadas y privadas de auxilio espiritual y de expresar en público su fe. Dales paciencia y perseverancia y mantén encendida en ellas la luz de la fe y de la esperanza.

María: Tú que sufriste al ver a los soldados humillar y lastimar a Jesús con una corona de espinas, ruégale por la conversión de los que aprovechan la pandemia para atacar a las familias cristianas, privándolas de atención médica y espiritual, sobre todo en países donde hay persecución religiosa. En especial te encomendamos a los ancianos, que son los más afectados. Que en el Señor y en ti hallen su fortaleza.

(Dar oportunidad para que quien lo desee pueda pedir por algo en voz alta, por ejemplo, por los cristianos perseguidos en Oriente y en otras regiones del mundo).

Luego se rezan el Padre Nuestro, 10 Ave Marías. Después reza estas 3 jaculatorias y la oración:

-María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia. En la vida y en la muerte, ampáranos, gran Señora.

-Oh, Jesús mío, líbranos del fuego del Infierno. Lleva al Cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Tu Misericordia.

-Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.

-Santa María de Guadalupe,

Madre de compasivo corazón:

En tu amoroso amparo confiamos.

A ti clamamos en nuestra aflicción.

Pide al Señor nos libre de esta pandemia.

Protégenos con tu manto

y danos tu bendición.  Amén.

4. Jesús carga la cruz camino del Calvario (Jn 19, 16)

Jesús: A Ti que aceptaste cargar el pesado madero de la cruz, te pedimos por Tus obispos, sacerdotes y diáconos, que llevan sobre sus hombros la pesada carga de atender a sus feligreses enfermos, a los deudos de los que fallecieron, a los que están necesitados de los Sacramentos y de consuelo, y muchos de ellos están agotados y otros contagiados. Ayúdalos, ahora sé Tú su Cireneo.

María: Tú que acompañaste a Jesús en el camino hacia la cruz, ruega por obispos, sacerdotes y diáconos, que van cargando la cruz de su comunidad y se sienten abrumados. Que tu Hijo los colme de Su gracia para que puedan seguir adelante. Ruégale también por quienes laboran en las iglesias: sacristanes, secretarias, personal de limpieza, y por quienes ejercen algún ministerio, sobre todo en pastoral de salud. Líbralos del contagio. Consuela a los fieles que sufren, por no poder asistir a Misa y comulgar. Pídele a Tu Hijo los colme de bendiciones mediante una Comunión espiritual.

(Dar oportunidad para que quien lo desee pueda pedir por algo en voz alta, por ejemplo, por su párroco y otros ministros o miembros de la iglesia).

Luego se rezan el Padre Nuestro, 10 Ave Marías. Después reza estas 3 jaculatorias y la oración:

-María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia. En la vida y en la muerte, ampáranos, gran Señora.

-Oh, Jesús mío, líbranos del fuego del Infierno. Lleva al Cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Tu Misericordia.

-Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.

-Santa María de Guadalupe,

Madre de compasivo corazón:

En tu amoroso amparo confiamos.

A ti clamamos en nuestra aflicción.

Pide al Señor nos libre de esta pandemia.

Protégenos con tu manto

y danos tu bendición.  Amén.

5. Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor (Lc 23, 33-46)

Jesús: A Ti que por amor a nosotros moriste en la cruz, para rescatarnos del pecado y de la muerte, te pedimos por los que han fallecido por el coronavirus, en especial, los que ya no alcanzaron a recibir los Sacramentos. Ten misericordia de ellos y recíbelos en el Cielo.

María: Tú que viste morir a Jesús, ruégale por quienes han fallecido, en especial por quienes no tuvieron auxilio espiritual. Tú que conoces el dolor de ver morir a un ser amado, ruega por los deudos que perdieron seres queridos, que los consuele la esperanza de reencontrarlos en el Cielo. También pídele a tu Hijo por cuantos han perdido o perderán empleo, casa, ahorros, a causa de la crisis desatada por esta pandemia. Que en Jesús, que en la cruz asumió, para redimirlos, todos nuestros dolores, pecados, sufrimientos y temores, pongan su confianza y su esperanza. Ruégale también por todos los afectados por esta pandemia, porque están aislados o son discriminados. Por los trabajadores en riesgo de contagio, en especial los que atienden al público en oficinas, supermercados, reparto a domicilio, policía, limpieza. Y por los más necesitados, que no tienen medios para sobrevivir. Acógelos a Su Misericordiosa y Divina Providencia.

(Dar oportunidad para que quien lo desee pueda pedir por algo en voz alta, por ejemplo, por algún difunto o por alguien gravemente afectado).

Luego se rezan el Padre Nuestro, 10 Ave Marías. Después reza estas 3 jaculatorias y la oración:

-María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia. En la vida y en la muerte, ampáranos, gran Señora.

-Oh, Jesús mío, líbranos del fuego del Infierno. Lleva al Cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Tu Misericordia.

-Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.

-Santa María de Guadalupe,

Madre de compasivo corazón:

En tu amoroso amparo confiamos.

A ti clamamos en nuestra aflicción.

Pide al Señor nos libre de esta pandemia.

Protégenos con tu manto

y danos tu bendición.  Amén.

MISTERIOS GLORIOSOS

(Se rezan miércoles y domingos)

1. La Resurrección del Hijo de Dios (Lc 24, 1-8)

Jesús: A Ti que derrotaste la muerte con Tu Resurrección y nos invitas a pasar Contigo la eternidad, te pedimos por los enfermos de coronavirus. Dales la salud del cuerpo, y a los que van a fallecer y a sus seres queridos, ayúdalos a no desesperar, confórtalos con la esperanza de reencontrarse en la vida eterna.

María: Tú que viste cómo el llanto de los discípulos de tu Hijo se cambió en júbilo cuando resucitó, ruega por los que temen morir por coronavirus y a sus seres amados. Que los fortalezca su fe en Jesús Resucitado. Que los contagiados graves pongan su confianza en Él. Y por todos los pacientes que también requieren cuidados y no han podido recibirlos; que pronto puedan ser debidamente atendidos.

(Dar oportunidad para que quien lo desee pueda pedir por algo en voz alta, por ejemplo, por algún enfermo).

Luego se rezan el Padre Nuestro, 10 Ave Marías. Después reza estas 3 jaculatorias y la oración:

-María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia. En la vida y en la muerte, ampáranos, gran Señora.

-Oh, Jesús mío, líbranos del fuego del Infierno. Lleva al Cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Tu Misericordia.

-Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.

-Santa María de Guadalupe,

Madre de compasivo corazón:

En tu amoroso amparo confiamos.

A ti clamamos en nuestra aflicción.

Pide al Señor nos libre de esta pandemia.

Protégenos con tu manto

y danos tu bendición.  Amén.

2. La Ascensión del Señor a los Cielos (Lc 24, 50-52; Hch 1, 6-11)

Jesús: Ascendiste al Cielo pero no para alejarte, sino para estar más presente, intercediendo por nosotros. Te pedimos por cuantos atienden a los pacientes, que por encima de los recursos humanos que son siempre limitados, recuerden que cuentan con Tu gracia para sostenerlos y ayudarlos a superar sus humanas limitaciones, renovar sus fuerzas y seguir trabajando con amor y entusiasmo por el bien de los afectados.

María: Tú que sabes que sin Jesús nada podemos hacer, ruega por quienes intentan salir por sí mismos de esta crisis, y ayúdalos a volver la mirada al Cielo y a comprender que necesitan la ayuda de Tu Hijo. También por el personal de hospitales y centros de salud, que están en riesgo de contagio y no cuentan con la debida protección. Por los científicos e investigadores, que puedan hallar pronto cura y vacuna. Y por las autoridades, para que establezcan medidas que en verdad ayuden a la población.

(Dar oportunidad para que quien lo desee pueda pedir por algo en voz alta, por ejemplo, por personal de salud, científicos o autoridades).

Luego se rezan el Padre Nuestro, 10 Ave Marías. Después reza estas 3 jaculatorias y la oración:

-María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia. En la vida y en la muerte, ampáranos, gran Señora.

-Oh, Jesús mío, líbranos del fuego del Infierno. Lleva al Cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Tu Misericordia.

-Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.

-Santa María de Guadalupe,

Madre de compasivo corazón:

En tu amoroso amparo confiamos.

A ti clamamos en nuestra aflicción.

Pide al Señor nos libre de esta pandemia.

Protégenos con tu manto

y danos tu bendición.  Amén.

3. La venida del Espíritu Santo (Hch 2, 1-4)

Jesús: Cuando enviaste a Tus Apóstoles el Espíritu Santo, se llenaron de valor para salir a anunciar la Buena Nueva del Evangelio. Te rogamos que envíes Tu Espíritu a las familias, para que dé a cada uno de sus miembros los dones y carismas que necesita para vivir con fe esta situación y aprovecharla para crecer en santidad y ayudar a los demás.

María: Tú que estabas con los Apóstoles cuando recibieron el Espíritu Santo, pídele por las familias: Que las mantenga unidas en Su amor;  que las haga sensibles a las necesidades de otros, y que en este tiempo en que no podrán asistir a la iglesia, no abandonen su fe, sino aprovechen los recursos a su disposición para seguir la Misa en redes, rezar el Rosario, la Coronilla de la Divina Misericordia, leer la Biblia y darse tiempo para orar.

(Dar oportunidad para que quien lo desee pueda pedir por algo en voz alta, por ejemplo, parientes o familias).

Luego se rezan el Padre Nuestro, 10 Ave Marías. Después reza estas 3 jaculatorias y la oración:

-María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia. En la vida y en la muerte, ampáranos, gran Señora.

-Oh, Jesús mío, líbranos del fuego del Infierno. Lleva al Cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Tu Misericordia.

-Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.

-Santa María de Guadalupe,

Madre de compasivo corazón:

En tu amoroso amparo confiamos.

A ti clamamos en nuestra aflicción.

Pide al Señor nos libre de esta pandemia.

Protégenos con tu manto

y danos tu bendición.  Amén.

4. La Asunción de María a los Cielos (Sal 45, 10-16)

Jesús: Libraste a Tu Madre del pecado original y de la corrupción del sepulcro, y la llevaste junto a Ti al Cielo, donde está siempre intercediendo por nosotros. Escucha sus ruegos por todo Tu pueblo, y en especial por obispos, sacerdotes y diáconos que en esta hora de gran necesidad, se esfuerzan por animarnos, sostenernos, y no permitir que nos falte el auxilio espiritual.

María: Madre de la Iglesia, ruega por el rebaño de tu Hijo, que recurre a Tu amorosa intercesión. Que obispos, sacerdotes y diáconos tengan un corazón compasivo como el Suyo, y que sus ovejas no se pierdan en este tiempo en que se verán privadas de los Sacramentos, sino se mantengan unidas y fieles a tu Hijo, el Buen Pastor. Ruégale también por quienes laboran en las iglesias: sacristanes, secretarias, personal de limpieza, y por quienes ejercen algún ministerio, sobre todo en pastoral de salud. Líbralos del contagio. Consuela a los fieles que sufren, por no poder asistir a Misa y comulgar. Pídele al Señor los colme de Su amor y bendiciones, mediante una Comunión espiritual.

(Dar oportunidad para que quien lo desee pueda pedir por algo en voz alta, por ejemplo, por su párroco y otros ministros o miembros de la iglesia).

Luego se rezan el Padre Nuestro, 10 Ave Marías. Después reza estas 3 jaculatorias y la oración:

-María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia. En la vida y en la muerte, amp

-Oh, Jesús mío, líbranos del fuego del Infierno. Lleva al Cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Tu Misericordia.

-Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.

-Santa María de Guadalupe,

Madre de compasivo corazón:

En tu amoroso amparo confiamos.

A ti clamamos en nuestra aflicción.

Pide al Señor nos libre de esta pandemia.

Protégenos con tu manto

y danos tu bendición.  Amén.

5. La Coronación de María como Reina de Cielo y Tierra (Ap 11, 19-12, 2)

Jesús: A Ti, Rey del Universo, te pedimos por intercesión de Tu Madre, la Reina del Cielo, por quienes han fallecido. En especial por quienes murieron sin auxilio espiritual. Perdónales sus faltas y llévalos junto a Ti a la Patria Celestial.

María: Tú que estás pendiente de nuestras necesidades para interceder por nosotros desde el Cielo, intercede por quienes fallecieron, sobre todos por quienes no pudieron despedirse de sus seres queridos ni recibir el auxilio espiritual. Ponlos en las manos misericordiosas de tu Hijo. Ruégale también por todos los afectados por esta pandemia: desempleados, aislados, discriminados. Por los trabajadores en riesgo de contagio, en especial los que atienden al público en oficinas, supermercados, reparto a domicilio, policía, limpieza. Y por los más necesitados, que no tienen medios para sobrevivir. Acógelos a Su Misericordiosa y Divina Providencia.

(Dar oportunidad para que quien lo desee pueda pedir por algo en voz alta, por ejemplo, por algún difunto o por alguien gravemente afectado).

Luego se rezan el Padre Nuestro, 10 Ave Marías. Después reza estas 3 jaculatorias y la oración:

-María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia. En la vida y en la muerte, ampáranos, gran Señora.

-Oh, Jesús mío, líbranos del fuego del Infierno. Lleva al Cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Tu Misericordia.

-Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.

-Santa María de Guadalupe,

Madre de compasivo corazón:

En tu amoroso amparo confiamos.

A ti clamamos en nuestra aflicción.

Pide al Señor nos libre de esta pandemia.

Protégenos con tu manto

y danos tu bendición.  Amén.

 

(Finaliza el Rosario rezando lo acostumbrado. Puedes consultarlo en ‘El Rosario paso a paso’, en la sección de ‘Oraciones’ de la pag web de Ediciones 72

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