y los envió por delante...
a todas las ciudades y sitios a donde ÉL había de ir...'
(Lc 10,1)

Semana Santa en el Año de La Fe

Alejandra María Sosa Elízaga**

Semana Santa en el Año de La Fe

El Año de la Fe fue convocado por el Papa Benedicto XVI para animarnos a consolidar, celebrar y compartir nuestra fe católica.

Tenemos una oportunidad para responder a este llamado, viviendo la Semana Santa no sólo para ‘cargar’ nuestras propias ‘baterías espirituales’, sino para ayudar a que otros regresen o se acerquen más a Dios.

 

LUNES SANTO

Abre un espacio para estar en silencio, lee la Biblia, por ejemplo el libro de los Salmos.

Ora ante el Santísimo. Invita a alguien a rezar un Rosario para pedir que esta Semana Santa dé mucho fruto.

 

MARTES SANTO

Recuerda que el Papa Benedicto XVI y ahora el Papa Francisco insisten mucho en que la fe debe estar aterrizada en obras.

Aprovecha este día para hacer algo concreto a favor de los más necesitados. Invita a una persona alejada o no creyente, a acompañarte, tal vez a ir a ayudar a un asilo, realizar algún acopio de víveres, visitar algún enfermo o ancianito que no tiene a nadie.

Como pide el Papa Francisco: llevar alegría, hacer el bien.

 

MIÉRCOLES SANTO

Aprovecha este día para para acercarte al sacramento de la Reconciliación, y experimentar el gran amor misericordioso del Padre bueno y compasivo que te espera para perdonar todos tus pecados.

En muchas parroquias se lleva a cabo una liturgia penitencial en la que los fieles tienen oportunidad de confesarse, reconciliándose así con Dios.

Para una buena Confesión:

Antes de confesarte hacer un pequeño examen de conciencia.

Para ello puedes preguntarte lo siguiente: ¿Cómo va tu relación con Dios? ¿Realmente ocupa el primer lugar en tu vida? ¿Procuras cumplir en todo Su voluntad?

¿Cómo es tu relación con las personas que te rodean? ¿amas?, ¿perdonas?, ¿ayudas?, ¿te compadeces de los más necesitados?

Examínate a ti mismo con relación a los pecados capitales, a los diez mandamientos, a la bienaventuranzas.

Pídele a Dios la gracia de verte como Él te ve, para que al descubrir tus miserias no te desanimes ni olvides que Dios te ama y está siempre dispuesto a perdonarte.

 

JUEVES SANTO


Misa Crismal

Por la mañana, el obispo de cada diócesis se reúne en la Catedral en una Misa solemne con sus sacerdotes, que en dicha celebración renuevan los votos que hicieron en su ordenación presbiteral.

También se consagran los santos óleos que serán usados durante todo el año en los sacramentos del Bautismo, Confirmación, Orden Sacerdotal y Unción de los Enfermos.

Una propuesta para ti:

Acompaña a tu sacerdote a la Misa en Catedral; si no puedes, invita a tu familia o amistades a rezar un Rosario para pedir por la santificación de todos los sacerdotes.

 

Misa de la Cena del Señor

¿Qué conmemoramos?

  1. Que Jesús instituyó la Eucaristía
  2. Que Jesús instituyó el sacerdocio.
  3. Que Jesús nos invita al amor y al servicio.


¿Cómo lo conmemoramos?

Se celebra una Misa en la cual la Liturgia de la Palabra está dedicada a narrar el origen de la Eucaristía y el momento en que Jesús la instituyó y le dio a Sus apóstoles el poder y el mandato de celebrar la Eucaristía.

 

Una propuesta para ti:

Lee en el Catecismo de la Iglesia Católica lo relativo a la Eucaristía (ver # 1322 - 1419).

Durante la celebración, se realiza el ritual del lavatorio de los pies: el celebrante toma una toalla y una bandeja con agua y lava los pies a doce “apóstoles”, reviviendo el mismo gesto de amor y servicio que Jesús tuvo con sus discípulos en la Última Cena.

 

Una propuesta para ti:

Reflexiona en lo que significa lavar los pies a otros.

Considera qué significa esto en tu vida, qué pide Dios de ti. Cuando era Cardenal, el Papa Francisco acostumbraba celebrar esta Misa en algún asilo de enfermos de Sida, o niños con cáncer, o drogadictos en rehabilitación, les lavaba y besaba los pies.

Este año visitará una cárcel y lavará y besará los pies de los presos.

Pregúntate: ¿a quién quiere el Señor que laves y beses sus pies?

Después de esta Misa se desnuda el altar, se retira del Sagrario el Copón con Hostias Consagradas y se le traslada al ‘monumento’, un altar bellamente adornado.

 

Una propuesta para ti:

Quédate un momento contemplando cómo se ve el altar desnudo, el Sagrario vacío.

Y ora por todos los hermanos que así lo ven diario porque viven en países donde se persigue la religión, o donde, por carestía de sacerdotes, no tienen quién les celebre la Eucaristía.

El Cuerpo de Cristo, reservado en el Copón es expuesto en el monumento, para la adoración de los fieles en diversos conventos, capillas y parroquias.

Muchos fieles realizan la llamada “Visita de las siete casas”, que consiste en visitar el monumento en siete iglesias o conventos.

 

Una propuesta para ti:

Si puedes ir a la ‘visita de las siete casas’ no lo hagas como turista, sino como peregrino, deteniéndote a orar en cada una.

Considera lo que sintió Jesús mientras era llevado de un sitio a otro aquella noche, y acompáñalo, consuélalo.

Invita a alguna persona a hacer contigo este recorrido.

 

VIERNES SANTO

En este día todos los cristianos recordamos con una fe profunda el gran gesto de amor que Jesús nos ofrece al dar su vida por nosotros.

Este día nos unimos a Cristo que muere por nosotros en la Cruz.

Es día de oración, reflexión y transformación.

Es día de ayuno y abstinencia.

Es el único día del año en que no se celebra Misa porque la Iglesia está de luto.

El Viernes Santo los altares de las iglesias están desnudos, es decir, sin manteles, sin flores, e incluso no se tocan las campanas; en su lugar la Iglesia hace uso de un instrumento de madera para acompañar las procesiones o hacer el llamado a las celebraciones.

El Viacrucis

En la mañana se suele realizar un Viacrucis, que consiste en recorrer catorce puntos o estaciones en las que se recuerda lo que fue viviendo Jesús en el camino hacia el Calvario.

 

Una propuesta para ti:

Ofrécete a cargar la cruz, pero no sólo en el viacrucis.

Ayuda a alguien a cargar con su cruz: de soledad, de enfermedad, de ancianidad; alivia el sufrimiento de alguien a tu alrededor. Descubre en él a Cristo sufriente y sé su Cireneo.

 

Las siete palabras

La predicación de las siete palabras se realiza generalmente entre las 12 del día y las 3 de la tarde, la hora de la crucifixión y muerte de Cristo; estas palabras están inspiradas en los Santos Evangelios.

1ª Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen (Lc 23, 24). 
2ª En verdad te digo: ‘Hoy estarás conmigo en el paraíso’ (Lc 23, 43). 
3ª Hijo, he ahí a tu Madre; Madre, he ahí a tu hijo (Jn 19,26). 
4ª ¡Dios mío! ¡Dios mío! ¿Por qué me has abandonado? (Mt 27,46). 
5ª Tengo sed (Jn 19,30). 
6ª Todo está cumplido (Jn 19, 30). 
7ª Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu (Lc 23, 46).

 

Una propuesta para ti:

Invita a alguna persona alejada o no creyente a leer y comentar contigo las Siete Palabras.

 

Liturgia de la Pasión del Señor

Suele celebrarse por la tarde. Inicia en silencio, cuando entra el celebrante y se postra en tierra, como gesto elocuente que expresa la adoración y gratitud de la Iglesia ante el Señor que dio Su vida por nosotros.

Se proclama el relato de la Pasión del Señor en el Evangelio según san Juan.

Se hace una Oración Universal especial, dando tiempo a que los fieles oren en silencio por cada petición.

Se venera la cruz, desde la cual Cristo nos salvó.

Se recibe la Comunión.

 

Una propuesta para ti:

Recuerda que es día de ayuno (sólo una comida al día con algo ligero por la mañana y por la noche) y día de abstinencia. Resiste la tentación de comprar y comer antojitos a la salida del templo. Da testimonio. Comparte con los necesitados lo que hubieras podido comer o gastar en comida en este día.

 

Procesión del silencio

Por la noche suele haber una procesión en la que se lleva el ‘santo entierro’, una imagen de Jesús muerto, y una imagen de la Madre Dolorosa.  La gente va en silencio, llevando velas encendidas.

 

Una propuesta para ti:

Proponle a tu párroco que inicien la procesión rezando un Rosario ante la imagen de la Dolorosa, para pedir por las mamás: las que están tentadas a abortar, para que desistan; las solteras, solas y viudas, las que están lejos de sus hijos o tienen hijos con problemas; las víctimas de la violencia, las enfermas y ancianas.

Invita a una persona no creyente a acompañarte a esa procesión.

Recuerda que hoy inicia la novena de la Divina Misericordia que el Señor pidió a santa Faustina rezar. Rézala en familia.

 

SÁBADO SANTO

Se le solía llamar ‘Sábado de Gloria’, pero era un error porque la ‘Gloria’ del Señor se celebra una vez que ha oscurecido, es decir, en las primeras vísperas del domingo.

No es un día para festejar y menos para desperdiciar agua arrojándosela a desprevenidos transeúntes.

Es un día de luto que conmemora cuando el Señor estuvo en el sepulcro, cuando entró a lo más negro de nuestra realidad humana, cuando, como decimos en el Credo, ‘descendió a los infiernos’ para rescatarnos del mal y del pecado.

 

¿Cómo se conmemora?

No hay ninguna propuesta oficial por parte de la Iglesia.

En alguna parroquias se suele reunir la gente en la mañana a rezar la Liturgia de las Horas, y leer los bellos textos que ofrece el Oficio de Lectura para este día.

En conventos y capillas también suele haber charlas, retiros de media mañana para reflexionar acerca de la muerte y la resurrección.

En otras partes los feligreses se ofrecen a ayudarle al párroco a limpiar y preparar la iglesia para la gran celebración que habrá en la noche.

 

Una propuesta para ti:

Reza el Rosario en familia o con tu comunidad parroquial, para pedir por todas aquellas personas que están pasando por realidades de muerte: enfermedad, sufrimiento, pérdida de seres queridos, etc. para que pongan su esperanza en la Resurrección de Cristo.

Lee y comparte con la familia o los amigos lo que dice el Catecismo de la Iglesia Católica sobre la Resurrección (números 988 a 1004).

Invita a otros a ver contigo alguna de las películas que narran la Pasión de Cristo.

 

VIGILIA PASCUAL

Es la más importante celebración de todo el año. Más que Navidad, porque de nada hubiera servido que Jesús hubiera nacido en este mundo si hubiera muerto. Lo que le da sentido a Su venida y a todo lo que dijo e hizo por nosotros, fue que resucitó. Por eso, esta fiesta es la más grande y gozosa y está dedicada como ninguna otra a celebrar el paso de la muerte a la vida.

 

¿Cómo se conmemora?

Consta de cuatro partes:

  1. Lucernario
    Se enciende un fuego, se bendice; se enciende el cirio pascual con él; se le añaden al cirio símbolos que representan a Cristo.
    Se apagan todas las luces del templo, para que la gente pueda sentir lo que es estar sumida en la oscuridad, una realidad semejante a la del pecado, que es tiniebla que nos envuelve y nos impide ver a los demás, darnos cuenta de dónde estamos, etc.
    Entonces entra celebrante con el cirio encendido, canta: ‘¡Cristo, Luz del mundo!’ y todos responden: ‘¡Demos gracias a Dios!’.
    Esto se repite tres veces conforme el celebrante avanza hasta llegar al pie del altar.
    Es maravilloso ver cómo la sola llamita del cirio es capaz de romper la oscuridad.
    Y luego cómo su luz se comunica, para que todos enciendan sus cirios, y pronto la iglesia entera resplandece con la luz de Cristo: se ha roto la tiniebla, ha vencido la oscuridad.
    Se proclama entonces el pregón pascual, canto antiquísimo que expresa el gozo por esta noche dichosa en la que la muerte quedó derrotada.
     
  2. Liturgia de la Palabra
    Como niños que se sientan en el regazo de la abuela para que ella les cuente las historias de la familia, así la Iglesia nos acoge y nos va narrando la historia de nuestra salvación: siete textos del Antiguo Testamento al final de los cuales se canta el Gloria, se encienden las luces y echan al vuelo las campanas, porque viene ahora la proclamación de los textos bíblicos que muestran que en Jesús se cumplieron las promesas que Dios hizo a los antiguos, de enviarles un Mesías, un Salvador.
    Se lee la Carta de san Pablo a los Romanos, y luego se canta el Aleluya (que al igual que el Gloria no se había entonado en toda la Cuaresma) para anunciar, como con fanfarrias, el Evangelio que narra el momento misterioso, asombroso, feliz, en el que las mujeres fueron al sepulcro de Jesús y lo encontraron vacío, los ángeles les preguntaron por qué buscaban entre los muertos al que vive, les recordaron lo que Él había dicho y las enviaron a anunciar que estaba Vivo.
     
  3. Liturgia Bautismal
    Suele haber Bautismos de adultos o niños, y/o se nos da oportunidad de renovar las promesas y renuncias a Satanás, que papás y padrinos hicieron por nosotros en nuestro Bautismo.
     
  4. Liturgia de la Eucaristia
    Recibimos en Comunión al Resucitado, a Aquel que es capaz de derrotar toda tiniebla; Aquel que nos conoce desde siempre y aún así nos ama; Aquel que calmó tempestades, curó enfermos, devolvió la vida a los ciegos, y hoy tiene Su mirada puesta en ti porque quiere ayudarte a superar todo aquello que pueda impedir o atrasar, que pases la eternidad con Él.

 

Una propuesta para ti:

  • Compra dos cirios, uno para ti y otro para regalárselo a alguien que no pudo comprarlo.
  • Invita a alguien, tal vez una persona que se ha alejado de su fe, a ir contigo y tu familia a la Vigilia Pascual.


DOMINGO DE PASCUA

A partir de ahora comienza la llamada ‘Octava de Pascua’, porque la Pascua es una fiesta tan grande que no cabe un solo día para contenerla, así que se celebra durante ocho días (una ‘octava’) como si fuera domingo.

Esta octava forma parte del Tiempo Pascual, cincuenta días en los que celebramos el gozo de la Resurrección del Señor.

 

Una propuesta para ti:

Aunque hayas asistido a la Vigilia Pascual, asiste también a Misa este domingo, porque las lecturas que se proclaman son distintas. Invita a tu familia a acompañarte.

Lee y comparte la homilía del Papa Francisco con motivo de la Pascua (la encuentras en www.vatican.va)

Así como en Navidad suele haber un menú especial, idea algo especial para comer o cenar con tu familia y amigos el domingo de Pascua.

Así como se decora la casa en Navidad, se puede decorar en Pascua, por ejemplo, con flores y velas blancas.

Los niños de la familia pueden decorar cascarones de huevo vacíos, y los jóvenes y adultos pueden copiar en papelitos, las frase bíblicas que más les gustan (por ej: Sal 118,1; Rom 5,8; 1Jn 3,1; 4,16; 2Cor 4,14; 1Pe 1,3; ).

Se introduce un papelito en cada cascarón decorado y éstos se ponen como centro de la mesa en donde se reunirán a comer o cenar. Luego se sortea y reparten y cada un lee el papelito que le tocó y se lleva su huevito de Pascua de regalo.

*Publicado el domingo 24 de marzo de 2013 en 'Desde la Fe', Semanario de la Arquidiócesis de México, año XVII, n.838. También en la pag web de 'Desde la Fe' (www.desdelafe.mx) y en la del Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (www.siame.com.mx)
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