y los envió por delante...
a todas las ciudades y sitios a donde ÉL había de ir...'
(Lc 10,1)

Obras son amores...

Alejandra María Sosa Elízaga**

Obras son amores...

Diálogos de Doña Teófila y Don Dudoso

Doña Teófila

¡Hola, compadre!

Don Dudoso

¡Qué bueno que la veo! Por llevar a los niños a ver el desfile, no vine a que me aclare una duda que tengo desde la otra semana.

Doña Teófila

¿A ver, cuál?

Don Dudoso

Comentaba con un cuate que la Carta de Santiago dice que “la fe sin obras está muerta” (Stg 2,17) y me salió con que ese libro ¡no es bíblico!

Doña Teófila

Sí lo es. La Iglesia Católica determinó el "canon de la Biblia", el conjunto de libros considerados divinamente inspirados, e incluyó la Carta de Santiago.

Durante más de diez siglos toda la cristiandad lo aceptó. Fue Lutero (1483-1546), monje alemán que se separó de la Iglesia, quien quitó ése y otros libros cuando hizo su propia versión de la Biblia.

Don Dudoso

También me dijo que san Pablo afirma que para que el hombre sea "salvo" basta “la sola fe” (Rom 3, 28), así que no hay que hacer obras para salvarnos porque el que nos salva es Cristo.

Doña Teófila

Lutero puso y quitó palabras a la Biblia. Donde san Pablo escribió: “el hombre se justifica por la fe” (Rom 3, 28), Lutero añadió la palabra ‘sola’: “el hombre se justifica por la sola fe”.

Don Dudoso

Bueno, suena lógico que nos salvamos por la fe en Cristo.

Doña Teófila

Es verdad que para salvarnos debemos tener fe en Cristo, que es nuestro Salvador.

Hasta ahí estamos de acuerdo. Pero, ¿qué es la fe?, ¿creer en Él sin que cambie nuestra vida? No. La fe en Cristo no es una idea, tiene que afectar lo que hacemos.

Probamos que creemos en Cristo, viviendo cristianamente: amando, ayudando, perdonando.

Don Dudoso

Por eso decía san Pablo en la Misa esta semana que si tenemos fe como para mover montañas, pero no tenemos amor no somos nada (ver 1Cor 13, 2).

Doña Teófila

Ajá. Y por eso Jesús nos mandó amarnos unos a otros como Él nos ama (ver Jn 15,12); nos pidió hacer buenas obras (ver Mt 5,16), y dejó claro que en el Juicio Final seremos juzgados por nuestros actos (ver Mt 25, 31-46).

Si Santiago dice que “el hombre es justificado por las obras y no por la fe solamente” (Stg 3, 24), no significa que sean nuestras obras las que nos salvan, sería absurdo, sólo que muestran nuestra fe en Aquél que nos salva.

Don Dudoso

¡Ya sabía que Ud. iba a sacarme de la duda. ¡Gracias!

Doña Teófila

¡Vaya con Dios, y salúdeme a mi comadrita!

*Publicado en "Desde la Fe", Semanario de la Arquidiócesis de México, el domingo 23 de septiembre de 2012, año XVI, n.813, p.6
Ediciones 72 www.ediciones72.com